Salvatore Ferragamo y su desfile histórico en el Louvre

La prueba de la singularidad del escenario estaba en la primera fila de la pasarela, la cual se llenó de celebridades como Freida Pinto y Leighton…

La prueba de la singularidad del escenario estaba en la primera fila de la pasarela, la cual se llenó de celebridades como Freida Pinto y Leighton Meester, o la ganadora del Oscar, Hilary Swank.

La colección vacacional de mitad de temporada que se presentó fue un homenaje a la marca que comenzó como fabricante de calzado para las primeras estrellas de Hollywood y se convirtió en un nombre destacado de ropa de confección tanto para damas como para caballeros.

El museo le otorgó a la casa de Florencia un acceso sin precedentes gracias a su patrocinio de la actual exposición la «La Virgen y Santa Ana», la última pintura del maestro florentino Leonardo da Vinci, en el Louvre. El museo a su vez le rindió respeto a Florencia, una ciudad que al igual que París ha sido un centro de creatividad a través de los siglos.

Pero, ¿cómo pudo Ferragamo, una casa que se enorgullece de ser «Hecha en Italia», presentarse convincentemente en el museo más famoso de París?

La clave estuvo en adaptar el desfile al ambiente. Previo a la pasarela, el director creativo Massimiliano Giornetti dijo a periodistas que buscaba integrar técnicas de moda francesas en su obra junto con la estética del Louvre.

Giornetti, con siluetas que solían ser holgadas, mezcló impresionantemente la gama de color de la piedra caliza dentro del Louvre, común en los edificios de todo París.

Los modelos destellantes iban acompañados con botas en piel de serpiente a la rodilla, lo que aseguró que Ferragamo no dejara de divertirse en su primer viaje a la Ciudad Luz.

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