Pacto Fiscal

El Estado dominicano tradicionalmente ha sido pródigo concediendo exenciones de impuestos, bajo la premisa de impulsar industrialización, inversión y empleos. Algo de eso se ha logrado pero quizá no tanto como para congratularnos. Estamos lejos…

Pacto Fiscal

La Estrategia Nacional de Desarrollo, que diseña un plan de visión futura hacia el año 2030, establece como sus principales bases de ejecución, la firma y puesta en marcha de tres pactos fundamentales: Pacto Fiscal, Pacto por la Educación y Pacto&#82

El pacto fiscal

Apesar de las ideas preconcebidas que sustentan algunos de los actores que participarán en la primera reunión del Consejo Económico…

El pacto fiscal

El presidente electo Danilo Medina ha establecido que uno de los elementos fundamentales de su accionar para enfrentar los problemas de la nación…

El Estado dominicano tradicionalmente ha sido pródigo concediendo exenciones de impuestos, bajo la premisa de impulsar industrialización, inversión y empleos. Algo de eso se ha logrado pero quizá no tanto como para congratularnos. Estamos lejos del desarrollo económico que permita al Gobierno recibir ingresos fiscales suficientes y además se ha asentado un sistema tributario que carga mucho a unos pocos y fomenta la evasión. El Pacto Fiscal sería la esperanza de abordar seriamente esa situación, siempre y cuando se articulare en la línea de eliminar la cultura de las exenciones, reducir impuestos indirectos y ampliar la base de contribuyentes. Audacia e innovación se imponen, si en realidad queremos un sistema fiscal que promueva el avance. 

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La Estrategia Nacional de Desarrollo, que diseña un plan de visión futura hacia el año 2030, establece como sus principales bases de ejecución, la firma y puesta en marcha de tres pactos fundamentales: Pacto Fiscal, Pacto por la Educación y Pacto Eléctrico.

La lógica implica, y así lo plantearon las autoridades del gobierno del presidente Danilo Medina cuando asumieron en agosto de 2012, que era necesario proponer primero el Pacto Fiscal, porque es el que ha de definir las fuentes de ingresos y los mecanimos efectivos de inversión de los recursos disponibles. Sin el Pacto Fiscal, no es posible aplicar un Pacto por la Educación y menos Eléctrico, pues ambos dependen fundamentalmente de recursos, de muchos recursos.

Pero ante la urgencia del nuevo gobierno que se iniciaba, la propuesta aceptada fue la de aprobar una reforma fiscal no bien estructurada, que garantizara ingresos inmediatos adicionales al sector público para enfrentar los desafíos inmediatos y que en el transcurso de este año se trabajara en procura de establecer un Pacto Fiscal que siente las bases del desarrollo económico del país.

Sin embargo, el año 2013 ha transcurrido, y en lugar de iniciar las consultas para el Pacto Fiscal, el gobierno del presidente Medina le ha dado prioridad al Pacto por la Educación, lo cual no es negativo, pero sí poco estratégico, dado que si bien es cierto que se requiere una reforma efectiva del sector educativo, no menos cierto es el hecho de que se haría muy poco si no hay una disponibilidad efectiva y permanente de recursos económicos, sin afectar a otras áreas del Estado, como se ha estado haciendo hasta ahora.

Todo parece indicar que el Pacto Fiscal no será una prioridad, al menos en lo que resta de este año y en el próximo, pues así lo demuestra la composición del proyecto de presupuesto de ingresos y ley de gasto público para el 2014, donde se aprecia una extraordinaria carga del endeudamiento y los subsidios, y muy poco margen para otras inversiones o para la restructuración efectiva del gasto estatal.

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Apesar de las ideas preconcebidas que sustentan algunos de los actores que participarán en la primera reunión del Consejo Económico y Social, para conocer de la propuesta de pacto fiscal del presidente Danilo Medina, las perspectivas fortalecen las expectativas. Las múltiples opiniones y las ideas encontradas nos confirman que vivimos en un país con un sistema democrático.

Todos los sectores tienen el espacio adecuado para discutir y llegar al acuerdo más favorable para la colectividad nacional. Como lo establece la Constitución de la República: la concertación social es un instrumento esencial para asegurar la participación organizada de empleadores, trabajadores y otras organizaciones de la sociedad en la construcción y fortalecimiento de la paz social.

Para promoverla tenemos, con rango constitucional, el Consejo Económico y Social, órgano consultivo del Poder Ejecutivo en materia económica, social y laboral. El presidente Medina ha llamado  a todos los sectores de la sociedad a concertar un Gran Pacto Social para en los próximos cuatro años lograr sacar de la pobreza a un millón y medio de personas y engrosar las clases medias, para generar 400,000 nuevos puestos de trabajo dignos y mantener un crecimiento del PIB de, por lo menos, 4.5% promedio anual. Considera que el Pacto Social debe sustentarse, a su vez, en por lo menos tres pactos específicos, dando cumplimiento a lo establecido en la Estrategia Nacional de Desarrollo: En primer lugar, un pacto fiscal, en segundo lugar un pacto por la educación, para hacer posible un sistema educativo incluyente y con calidad, Y, en tercer lugar, un pacto por la electricidad, que facilite una reforma integral en el sector y la superación de la tragedia de deficiencias, que afecta a la  economía dominicana y la calidad de vida de las  familias.

La principal prioridad del presidente Medina es disminuir considerablemente la pobreza absoluta en nuestro país y la gran desigualdad social. “Y lo haremos… porque incorporar los más necesitados a la economía y a las políticas públicas e incrementar y defender a las clases medias, no es solo algo moralmente correcto, es también, políticamente indispensable y económicamente acertado”.

Para hacer realidad el plan de Gobierno del presidente Medina, el país requiere sin demora de la concertación hacia el pacto fiscal. Será el referente para los pactos por la educación y por la electricidad. Como dijo en su toma de posesión: hoy tenemos los instrumentos para lograrlo: La Constitución de la República, proclamada en enero de 2010, un marco común, actualizado que nos define como un Estado Social y de Derecho, y la Estrategia Nacional de Desarrollo, cuyo horizonte temporal es el año 2030.

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El presidente electo Danilo Medina ha establecido que uno de los elementos fundamentales de su accionar para enfrentar los problemas de la nación será la concertación de tres pactos: un pacto eléctrico, un pacto por la educación y un pacto fiscal.

Danilo ha sido claro en plantear que ni un hombre ni un partido solos, pueden afrontar con eficacia los retos de la realidad nacional, que es necesario sumar esfuerzos y voluntades de todos los sectores nacionales para que se puedan encaminar las reales y verdaderas soluciones que amerita la problemática del país.

En ese orden, muchos sectores han expresado algún nivel de preocupación por las implicaciones que pudiera tener un pacto fiscal, pues se piensa que podría ser un nuevo paquete impositivo para simplemente solucionar las necesidades de ingresos del nuevo gobierno.

Y eso no es así. Danilo siempre ha dicho que quiere sentar en una mesa de concertación a todos los sectores productivos, empresariales, sindicales y sociales, para juntos definir las líneas principales de ese pacto fiscal e implementar una reforma integral. Danilo tiene planes y proyectos sociales que buscan enfrentar de manera directa la pobreza, y para eso es cierto que se necesita un Estado y un gobierno que reciba muchos ingresos. Pero Danilo también ha planteado que esa nueva reforma fiscal integral debe empezar valorando el nivel de gastos del gobierno, evaluarlo con objetividad y con transparencia para disciplinarlo teniendo un control social efectivo.

De acuerdo a datos del Banco Central, el gasto público es 15.8% del PIB, un nivel bajo en relacion con la media de Latinoamérica (21.2%). Es cierto que el gasto debe ser mejorado y cualificado, pero no menos cierto es que el actual nivel de ingresos del gobierno es bajo. Una sociedad que quiera avanzar necesita un gobierno fuerte con ingresos amplios.

Los ingresos totales del gobierno alcanzan el 13.2% del PIB y si tomamos en consideración que para el año próximo el gobierno de Danilo destinará el 4% de ese monto para la educación y se tiene que pagar el 2.5% por los intereses y capital de la deuda, nos presentamos ante la dura realidad de que, con sólo el 6.7% de los ingresos en relacion con el PIB, se tiene que trabajar en todas las otras áreas del gobierno. Ante eso es que urge la necesidad de un pacto fiscal que vaya en la orientación de hacer que el gobierno pueda mejorar la calidad del gasto, pero pueda también incrementar sus ingresos, sin que ello afecte a los sectores productivos ni cree impuestos que lesionen a las grandes mayorías de la nación.

Ese pacto fiscal debe evaluar con objetividad las áreas donde el gobierno reduzca sus gastos innecesarios y superfluos, pero debe también evaluar con objetividad y sin prejuicios la eliminación de una serie de distorsiones fiscales.

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