Salud y dieta

Carmen va al médico a hacerse un chequeo rutinario, al sentirse mareada durante unos días. Después de una serie de análisis,…

Carmen va al médico a hacerse un chequeo rutinario, al sentirse mareada durante unos días. Después de una serie de análisis, su médico de cabecera le dice que tiene elevado el colesterol, los triglicéridos y hasta unos cuantos puntos por encima de los niveles de azúcar. Este, además de algún medicamento, le ordena algunos cambios necesarios en su régimen alimenticio, a través de los cuales elimina un listado significativo de alimentos que no debe ingerir.

¿Te has detenido alguna vez a hacer una revisión de qué ingieres desde que inicias el día, que enferme o dañe tu vida emocional? ¿Has pensado por lo menos hasta dónde deteriora la salud física y mental aquello de lo que alimentas tu alma?

El acontecer diario nos lleva a tener que vivir situaciones o eventos que no necesariamente dependen de nosotros, sino que están ahí y que hay que enfrentar y resolver siempre que esté a nuestro alcance. No obstante, es posible que tu alimentación en este sentido sea tan tóxica y dañina, que todo lo que ingiere tu mente, sin darte cuenta, necesita ser cambiado.  Te levantas encendiendo un televisor con las noticias; con prisa, te bañas y te vistes; si eres mujer, vas en el carro maquillándote y también tomándote el café, porque saliste tarde y tienes que llegar a tiempo a tu lugar de trabajo. Son muchas las personas que se van a identificar con esta escena y hasta se van a reír, ya que es el reflejo del inicio de casi todos sus días.

En otro orden, permitimos que a nuestros oídos penetren ruidos permanentes de críticas al país, gobierno, esposo (a), los cuales, al igual que alimentos inadecuados, en forma paulatina, van intoxicando nuestras vidas. En relación a lo que hablamos, es probable que desperdiciemos el escaso tiempo disponible muchas veces en conversaciones estériles, las cuales dañan a otros y a nosotros mismos. Y más aún, permitimos que otros, a través de sus juicios, terminen poniéndonos a dudar en cuanto a si lo que hacemos es correcto o incorrecto, generando en nuestro interior sentimientos de culpabilidad y, a veces, de auto-castigo. Llevar una dieta adecuada para tu salud mental, significa cuidar lo que oyes, lo que ves, lo que hablas y lo que permites a otros lleven a tu vida.

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