Pablo Neruda

No solamente el juez Mario no se sube a la carroza de los que creen la versión oficial de la dictadura de que el poeta murió de un cáncer.

No solamente el juez Mario no se sube a la carroza de los que creen la versión oficial de la dictadura de que el poeta murió de un cáncer. Por esa razón los huesos que no se han comido los perros serán exhumados aunque tendrán que buscar a otros para que crean a los “expertos locales y extranjeros”. Y es que el médico Michael Tonwley (CIA), en tiempo de Pinocho, era el azote que se llevó a Letelier y se aseguró de que llevaran a Pablo a la clínica de su dominio y evitar que este se fuera a México. Manuel Araya, su chofer, recuerda que Neruda le contó que fue inyectado en el abdomen y de ahí en adelante se desmejoró hasta irse. No hay que ser extremista ni ingenuo. Una cosa es una versión para la imagen políticamente correcta y otra la incorrecta política practicada sin ética contra Arafat, Chávez y Neruda. Los más de 600 atentados contra Fidel apoyan mi duda.

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