NUEVA YORK, EE.UU. El cubano Guillermo Rigondeaux echó al piso todos los vaticinios y dispuso -por decisión unánime- del filipino Nonito Donaire.La pelea fue por la unificación del título mundial súper gallo (122 libras) montada en Radio City Music Hall de Nueva York. Rigondeaux, quien mejoró su foja de invicto (12-0 con 8 triunfos por nocaut), enseñó su boxeo técnico para vencer a Donaire quien no pudo encajar sus efectivos puños para noquear, como era su objetivo, a su rival.
Los tres jueces vieron ganar, con relativa facilidad, al cubano que fue favorecido con tajetas de 114-113, 115-112 y 116-111.
Donaire, quien sufrió apenas su segundo revés en 33 peleas profesionales (31-2 con 20 éxitos por nocaut-, tuvo un desempeño mediocre, contrario a sus anteriores pleitos.
En los primeros siete rounds prácticamente hubo un solo hombre encima del cuadrilátero…¡y ese fue Rigondeaux!
En el décimo asalto Donaire, con un violento gancho de izquierda, depositó en la lona a Rigondeaux quien, sin embargo, se puso de pie antes de que el árbitro terminara de contarle los ocho segundos reglamentarios.
Parecía que el filipino, tras llevar al piso al ahora doble monarca mundial súper gallo, iba a tomar el comando del combate…¡y terminarlo por la vía de la anestesia!
Pero no, el cubano, con una “finta” propia de un eficiente peleador de guardia zurda, con rápido movimiento de piernas y eficiencia con un jab constante, logró neutralizar la ofensiva de Donaire. Pocas veces se vio a Donaire conectar su combinación de uno-dos (jab y recto).
