En los últimos años, es cada vez mayor el número de jóvenes, hombres y mujeres, que se inician en el consumo de bebidas alcohólicas. Lo que en un comienzo no es más que una aventura, osadía o alegría pasajera, puede tener con el tiempo fuertes consecuencias.
El alcoholismo es una enfermedad y no respeta edad, sexo, estirpe o condición. A menudo, los jóvenes piensan que no pueden ser alcohólicos por su corta edad, porque no consumen bebidas fuertes, porque nunca se han caído al suelo ,ni han sufrido lapsus de memoria o porque toleran mucho alcohol, sin mayores consecuencias. Pero lo importante no es cuánto beben, ni la frecuencia con la que beben, ni qué beben, lo que importa es cómo le afecta el beber.
La ingesta de alcohol cambia la manera de ser de la persona, la lleva a sentirse culpable o avergonzada luego de una borrachera, siente miedo producto de su conducta, un deseo incontrolable de seguir bebiendo y ,en general, le causa dificultades de toda índole en su vida.
Cabe señalar, que el alcohol es una sustancia adictiva como, la nicotina, la marihuana, la cafeína y las drogas más fuertes como el éxtasis, la heroína o la morfina.
De acuerdo con Sergio G., coordinador de la oficina central de Alcohólicos Anónimos de Santo Domingo, recuperado del vicio hace 19 años, la persona que toma no se da cuenta que es alcohólica hasta que el vicio lo atrapa por completo. Una adicción a la que define como una enfermedad destructiva.
“A mí me afectó de muchas maneras. Comencé a tomar a los 14 años y recuerdo que el último examen de cuarto de bachillerato lo tomé borracho.
Mi sueño de ser ingeniero se frustró porque tomaba el día entero, incluso me divorcié por motivo del alcohol. Es un vicio que te puede llevar a cometer muchos errores: desde realizar actos inmorales, hasta golpear a tu pareja y a tus hijos, ofender a tus vecinos y en el peor de los casos, te puede llevar a la muerte, porque el alcohol te destruye por dentro”, comentó Sergio.
Para saber que el problema existe
Alcohólicos Anónimos (AA), una entidad fundada en 1968, y la cual tiene presencia en varias provincias del país, es una comunidad que brinda apoyo emocional a las personas atrapadas por el vicio.
Como una manera de orientar a los individuos para que se den cuenta si tienen problemas con el alcohol, han preparado un test con las siguientes preguntas: ¿Bebes porque tienes problemas o para relajarte?, ¿bebes cuando tienes problemas con tus padres o con tus amigos?, prefieres beber a solas, en lugar de hacerlo con otros?, ¿estás empezando a bajar tus calificaciones?, ¿has tratado alguna vez de dejar de beber o beber menos y fracasaste?, ¿has empezado a beber por las mañanas antes de la escuela o del trabajo?, ¿te tragas la bebida de un solo golpe?, ¿ has experimentado alguna vez pérdida de memoria debido a tu forma de beber?, ¿mientes a cerca de tu forma de beber?, ¿te has metido en problemas por tu forma de tomar?, ¿te emborrachas cuando bebes, aunque no sea esa tu intención? y ¿te parece una hazaña poder aguantar mucho bebiendo?. De responder la mayoría de estos cuestionamientos de manera afirmativa, entonces es tiempo de buscar ayuda.
Altera las emociones
La psicóloga clínica Johanna Espaillat, del centro Rega Mental, comenta que al alcohol podemos ubicarlo dentro del renglón de sustancias psicoactivas, que ejerce un efecto sobre el sistema nervioso central y que es capaz de alterar las emociones, percepciones, estado de ánimo o inhibir el dolor de la persona que lo consume.
“Las adicciones son multicausales, pero en el caso del alcohol prevalece la idea de poder desconectarse, de bajar los niveles de conciencia, pudiera tratarse incluso de una larga historia de abusos donde el alcohol se convierte en la forma de escape de una situación muy difícil de asumir y se presenta más frecuente en hombres.
“El efecto de una adicción alcohólica va desde un deterioro crónico del organismo, alteraciones en el hígado, pérdida de la conciencia, trastornos de estado de ánimo, deterioro cognitivo hasta la pérdida de la pareja, destrucción del hogar, pérdida de los amigos, todo esto debido a que un alcohólico es incapaz de expresar sus sentimientos de manera adecuada”, dice la experta.
El alcoholismo no solo afecta a la persona que lo consume, sino también a su familia, convirtiendo el hogar en un ambiente enfermo, donde la vida se hace insufrible, ya que los problemas con la pareja son constantes, llegando en algunos casos al maltrato físico y al suicidio; y contrario a la creencia popular, la ingesta abundante de alcohol baja el desempeño sexual, tanto de hombre como de mujeres. En los hijos de un alcohólico, en muchos casos, se desarrolla la culpa, ansiedad y vergüenza y esto se manifiesta en sus interacciones con los demás y en su desempeño escolar, llegando en muchas ocasiones a desarrollar trastornos en su estado de ánimo.
Para pertenecer a A.A.
Sergio G. explica que el primer paso es reconocer que se tiene problemas con el alcohol y luego dirigirse a la entidad, ubicada en el Expreso V Centenario, local 7, apartamento 5A. Aquí el adicto compartirá con otros sus experiencia con el alcohol y recibirá charlas impartidas por profesionales, ofreciéndoles una nueva vía para desarrollar una vida satisfactoria sin la bebida.
“Actualmente contamos con 2, 500 miembros a nivel de todo el país, de los cuales el 15 % son mujeres. En nuestro haber hemos logrado recuperar a más de 12 mil personas, las cuales no han vuelto a recaer”, dijo Sergio. Las charlas son impartidas todos los días a las 11:00 a.m., a las 7:00 y 8:00 p.m. Para saber más puede comunicarse al teléfono 809-681-3386. l
