¿Por qué nuestro cine es de comedia?

Los inicios del cine en casi todas partes del mundo se han basado en la comedia, género que no busca más que hacer reír. Incluso, el cine mismo nació meramente como una forma de entretención, donde las personas…

¿Por qué nuestro cine es de comedia?

Los inicios del cine en casi todas partes del mundo se han basado en la comedia, género que no busca más que hacer reír. Incluso, el cine mismo nació meramente como una forma de entretención, donde las personas pagaban para ver imágenes…

Los inicios del cine en casi todas partes del mundo se han basado en la comedia, género que no busca más que hacer reír. Incluso, el cine mismo 
nació meramente como una forma de entretención, donde las personas pagaban para ver imágenes cotidianas a blanco y negro, y todo esto gracias al ingenio de los hermanos Lumière, inventores del primer proyector cinematográfico, y considerados Padres del cine.

Aunque las primeras películas dominicanas no exploraron la comedia, una vez los cineastas descubrieron que este género era rentable, y para las masas, decidieron explotarlo.

Desde que el cine criollo vio su despegue luego del estreno de Nueva Yol (1995), de Ángel Muñiz, comercializar la industria cinematográfica del país fue, más que un reto, una obligación para aquellos pocos que se encontraban trabajando en ella. Y fue, a partir de ahí, que año tras año, comenzaron a realizarse un sinnúmero de producciones con etiqueta “Made in RD”.

Hoy en día se extrenan alrededor de diez producciones en doce meses, y el número va en aumento. Si contamos desde el año 2010 al pasado 2012, se recopilan 23 películas.

Sin embargo, la utilización del género se ha tergiversado en la industria, llevando a que las películas realizadas sean, en su mayoría, la prolongación de cualquier sketch de televisión criolla. Los mismos personajes, actores, chistes y escenarios han sido trasladados a la gran pantalla. El resultado ha sido no solo filmes de baja calidad, sino pocas comedias que valgan la pena disfrutar, logrando que sólo algunos exigentes espectadores se cansen de lo mismo.

El asunto se pone más penoso, cuando parece que a la mayoría de los “cineastas” ya no les importa realizar películas que puedan ser llevadas a festivales internacionales o que representen una diferencia en la industria “aún en despegue”. Más bien se aferran a la comedia para ganar dinero o renombre, llevando un público a las salas, que aunque cada vez es más exigente, aún va no asume una postura lo suficientemente crítica, argumentando “hay que apoyarlo porque es dominicano”.

Todo esto parece tener relación con la poca educación cinematográfica que hay en el país, que apenas empieza a crecer. Nos atrevemos a decir esto porque las películas que abarcan otros géneros, como el drama, segundo más utilizado en RD, no han tenido tantas ganancias, y al final sus directores deciden lanzarse por la risa. La Lucha de Ana, Jean Gentil y La hija Natural, son los tres grandes ejemplos. 

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Los inicios del cine en casi todas partes del mundo se han basado en la comedia, género que no busca más que hacer reír. Incluso, el cine mismo 
nació meramente como una forma de entretención, donde las personas pagaban para ver imágenes cotidianas a blanco y negro, y todo esto gracias al ingenio de los hermanos Lumière, inventores del primer proyector cinematográfico, y considerados Padres del cine.

Aunque las primeras películas dominicanas no exploraron la comedia, una vez los cineastas descubrieron que este género era rentable, y para las masas, decidieron explotarlo.

Desde que el cine criollo vio su despegue luego del estreno de Nueva Yol (1995), de Ángel Muñiz, comercializar la industria cinematográfica del país fue, más que un reto, una obligación para aquellos pocos que se encontraban trabajando en ella. Y fue, a partir de ahí, que año tras año, comenzaron a realizarse un sinnúmero de producciones con etiqueta “Made in RD”.

Hoy en día se estrenan alrededor de diez producciones en doce meses, y el número va en aumento. Si contamos desde el año 2010 al pasado 2012, se recopilan 23 películas.

Sin embargo, la utilización del género se ha tergiversado en la industria, llevando a que las películas realizadas sean, en su mayoría, la prolongación de cualquier sketch de televisión criolla. Los mismos personajes, actores, chistes y escenarios han sido trasladados a la gran pantalla. El resultado ha sido no solo filmes de baja calidad, sino pocas comedias que valgan la pena disfrutar, logrando que sólo algunos exigentes espectadores se cansen de lo mismo.

El asunto se pone más penoso, cuando parece que a la mayoría de los “cineastas” ya no les importa realizar películas que puedan ser llevadas a festivales internacionales o que representen una diferencia en la industria “aún en despegue”. Más bien se aferran a la comedia para ganar dinero o renombre, llevando un público a las salas, que aunque cada vez es más exigente, aún va no asume una postura lo suficientemente crítica, argumentando “hay que apoyarlo porque es dominicano”.

Todo esto parece tener relación con la poca educación cinematográfica que hay en el país, que apenas empieza a crecer. Nos atrevemos a decir esto porque las películas que abarcan otros géneros, como el drama, segundo más utilizado en RD, no han tenido tantas ganancias, y al final sus directores deciden lanzarse por la risa. La Lucha de Ana, Jean Gentil y La hija Natural, son los tres grandes ejemplos. 

¿Cómo identificar una comedia Made In RD? Haciendo un recuento de las películas de humor, identificamos características comunes que le dan un sello dominicano.

ZONA DE CONFORT. Siempre se van a lo seguro, incluyendo clichés hollywoodenses o de novelas latinas: el malo y el bueno, rico y pobre, feo y bonito, amores imposibles y aspiraciones. Además, el uso de los chistes locales, y las costumbres de los programas de televisión.

PREJUICIOS. Reflejar alguna “desgracia” social: pobreza, política, injusticias, mediante el culto al machismo patriarcal, o la proyección de la mujer dominicana como un símbolo sexual.

LO DE AQUÍ ES LO QUE VA. Utilizar las figuras de la televisión en el cine, incluidos muchos que no son actores.

PERSONAJES SIMILARES. Trabajadoras domésticas, chiriperos, homosexuales, buscones, etc.

EL RECURSO MÁS IMPORTANTE. Siempre hay un final feliz, con un “buen mensaje”, y al final, todos los villanos se convierten en buenos “de la nada”.

Las más taquilleras. Al ser el género más utilizado en el país, es también el más rentable.

1. Perico Ripiao, del 2003, ha sido una de las más taquilleras hasta el momento, alcanzando vender al menos 775 mil boletas.

2. Lotoman, en su primera versión en 2011, logró llevar a la salas más de 650 mil personas. Su segunda parte, Lotoman 2.0, tiene el récord de haber vendido más boletas en su día de estreno y su primer fin de semana.

3. Sanky Panky, con bastante proyección internacional, acumuló 650 mil boletas vendidas. Su director prepara la segunda parte.

4. Nueba Yol, una de las primeras comedias proyectadas en el país, alcanzó en 1995 la cifra de 600 mil boletas.

5. Cristiano de la secreta, de 2009, obtuvo en su año la cifra de 375 mil boletas.

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