Santiago. Organizaciones comunitarias y religiosas de Cienfuegos realizaron una marcha contra el incremento de “menores buzos” en el Ecoparque Rafey, donde son propensos a maltratos y violaciones sexuales.Estiman que al menos diez mil niños de esa comunidad, la más poblada de Santiago, son utilizados por sus padres en talleres de mecánica, ebanistería o en casas de particulares.
La caminata realizada en conmemoración del Día Mundial Contra el Trabajo Infantil fue organizada por el Programa Niños con una Esperanza.
En tanto que la Fundación Educativa Acción Callejera consideró que es elevado el número de niñas y niños trabajadores urbanos y domésticos que ejercen esa labor como parte de aportación y sustento familiar, asumiendo responsabilidades paternas a destiempo.
El pastor Pablo Ureña, quien dirige el programa Niños con una Esperanza, lamentó que miles de menores de edad y adolescentes, sean explotados, sobre todo aquellos que son utilizados como buzos en el vertedero de Rafey.
“Estamos viendo cómo cada día crece el número de niños que retornan al llamado relleno sanitario y esto es peligroso, pues pueden ser víctimas de violaciones sexuales, debido a que allí converge todo tipo de personas”, puntualizó Ureña.
Mientras que la Fundación educativa precisó que “como sociedad civil tenemos un reto de promover y sensibilizar a cada uno de los actores en la búsqueda de alternativas para reducir el trabajo infantil en condición de explotación que daña y violenta los derechos de la niñez y en este renglón, el país requiere de empleados sensibilizados que nos ayuden a erradicar el trabajo infantil”.
Al celebrarse ayer el día Internacional contra el Trabajo Infantil, estas organizaciones reiteraron su compromiso de luchar contra la población afectada por este flagelo e impulsar acciones que apoyan el Plan Estratégico Nacional.
Advirtieron que este año la Organización Internacional del Trabajo destacó que las tareas domésticas son una actividad “normalizada” culturalmente en el país, lo que lacera la vida de los niños.
Acción Callejera advierte que es deber de los adultos y las organizaciones que conforman el Sistema de Protección de la Infancia, unirse y evitar que el trabajo infantil en condición de explotación no le robe, a los niños, los sueños y la esperanza de una vida digna que por derecho les asiste.