Pocos son los equipos del béisbol de las Grandes Ligas que utilizan con regularidad el sistema de “salvamento por comité”.Cuando llega el noveno inning y existe la oportunidad de rescate, usualmente suena la canción “Enter Sandman” del grupo de rock Metallica en Nueva York para el legendario relevista Mariano Rivera, en Pittsburgh Jason Grilli salta al campo al ritmo de Pearl Jam, y en San Francisco cuando se escucha “Préndeme el mechón” sabemos que está a punto de entrar Sergio Romo.
Sus preparadores de mesa también suelen ser los mismos, de acuerdo a su efectividad contra el bateador, y en general, la dinámica de la séptima a la novena entrada partido tras partido suele ser predecible. Así no es que sucede con los Tigres de Detroit, y para Joaquín Benoit ya la costumbre se ha vuelto ley.
“En cierta forma es un poco difícil porque un día puedo lanzar el octavo inning, otro día puedo entrar en el séptimo, pero no se sabe exactamente cuándo te van a decir ‘ok, ya terminaste’. Hay día que si el juego está empate me ha tocado lanzar dos entradas, algo que desde el 2007 no había hecho, pero con el tiempo que llevo aquí ya me acostumbré”, dijo el relevista dominicano a ESPNDeportes.com.
Tras enviar al cotizado prospecto venezolano Bruce Rondón a seguir refinando su talento en Triple A y el regreso del “Papá Grande” José Valverde como cerrador a los vestuarios del Comerica Park, el rol de preparador de Benoit ha carecido de definición, en especial habiéndolo compartido con Phil Coke, Octavio Dotel, Evan Reed, e incluso Al Alburquerque y Brayan Villarreal antes de ser enviados a menores. Lo único que el lanzador tiene en claro es que día tras día todo queda en las diestras manos de Jim Leyland.
“Mi trabajo siempre es tratar de salvar los juegos, proteger la ventaja, pero de la forma que nuestro mánager trabaja no se me hace tan fácil, pero ya me acostumbré a cómo es él. Es ya una rutina y debo estar preparado prácticamente todos los días”.
