Es preocupante lo que pasa en la TV

H ay que rendirse ante su majestad el rating, y al parecer, como en la guerra, todo se vale, no importa la franja de horario, no importa las restricciones que impone el sentido común y el respeto por las buenas costumbres. Hoy, lo que…

H ay que rendirse ante su majestad el rating, y al parecer, como en la guerra, todo se vale, no importa la franja de horario, no importa las restricciones que impone el sentido común y el respeto por las buenas costumbres.

Hoy, lo que vale, es marcar porcentajes por encima de la competencia, cueste lo que cueste, porque eso de apelar a la creatividad, al ingenio y a buenos productores, es cosa del pasado.

No hay ningún filtro para discernir entre un contenido apto para transmitirse en televisión nacional, eso no cuenta. Arbitrariamente, cualquiera se pone frente a la cámara, hace y dice lo primero que se le ocurra, y ya está.

La moda es besarse en la boca, y luego, con un orgullo patrio, argumentar que “mi programa está marcando por encima del tuyo”. Y si eso no funciona, pues entonces viene el beso entre hombres; machos-masculinos que son muy divertidos mientras hablan español.

La vulgaridad, la simpleza, la monotonía y la superficialidad predomina, sobre todo, en la tan deteriorada televisión que responde a los programas de entretenimiento.

Hay que replantearse estos espacios que con horarios meridianos agotaron su ciclo, pero que se resisten a dar paso a propuestas más atractivas, que de alguna manera tengan un sentido más educativo.

Ya ni siquiera se respeta el criterio profesional, cuando se publicita una entrevista en “exclusiva” de un personaje dominicano que anda de programa en programa hablando de cualquier tema. Vemos a las orquestas, los combos y grupos de bachata cómo “peinan” en una misma semana este tipo de espacios, y luego se vende la idea de una  “primera televisión” que raya en lo ridículo.

De repente, la televisión se ha convertido en la vitrina del exhibicionismo, del contenido barato que apela a la ley del menor esfuerzo, donde más vende un cuerpazo al medio desnudo, esculpido a fuerza del bisturí, que cualquier otro elemento que dignifique el talento.

¿Quiénes representan a su próxima generación que debe suceder a los líderes actuales de la mejor televisión que se produce en el país? Lo tenemos de tarea. l

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