Nunca lo hubiera imaginado. Una gorra, también conocida en nuestro país como “cachucha”, me daría el empuje necesario para mantenerme activa con los ejercicios. Mi amiga Gi me la regaló y desde entonces es una aliada motivacional de mis rutinas en el gym.
¡Qué cliché! Realmente, tal y como lo profesan miles de frases, encontré mi motivación en un pequeño detalle. Y así es. Sin saberlo –o a veces sabiéndolo– lo que menos pensamos cambia nuestra percepción, nuestra vida, en un simple instante.
Una foto en Instagram de alguien a quien ni siquiera conoces, te influye para comer sanamente y tener el cuerpo que siempre has deseado; o quizá, las paredes pintadas por Acción Poética te envuelven en un aura de paz y amor hacia ti, hacia tu patria y los tuyos, que podrías no saber existía en ti (mi amiga Lorenna diría que ese es el “poder corazón”).
Y así, a lo que antes nos habíamos restringido o rechazado, o lo que nunca habíamos notado, genera la llama necesaria para encender el cambio. Esta edición brinda por esos pequeños momentos que transforman la vida de manera positiva. Espero que esta lectura, y las páginas a continuación, también contribuyan a ese objetivo.
@airamtoribio