Mercado binacional de Jimaní: la conjugación de dos caras

De lejos, de cerca, a simple vista. De cualquier ángulo que usted se coloque se divisan montones de cajas y productos tirados.

De lejos, de cerca, a simple vista. De cualquier ángulo que usted se coloque se divisan montones de cajas y productos tirados. Los aparatos y la gente a pie se mueven de un espacio a otro. De momento se observa una rata, una cucaracha, un conjunto de moscas o el rostro de un vendedor cubierto de polvo.

No importa la hora que sea, así es más o menos la dinámica del mercado binacional con Haití por la zona de Mal Paso, en Jimaní. Es la parte sur de República Dominicana. En este intercambio comercial que se genera prácticamente todos los días, pero que tiene su clímax los lunes y jueves, no se sabe en definitiva qué está comprando la gente, si un bien alimenticio o de otro tipo, o el riesgo de una enfermedad.

La situación no es nueva ni una sorpresa para nadie, es la realidad de la provincia Independencia, que de no contar con esa vía para el comercio, sus pobladores enfrentarían serias dificultades para obtener un medio económico de vida. En Jimaní, la parte de Mal Paso es algo así como una zona franca del sustento poblacional.

Y en esa zona franca se oferta arenque, bacalao, vegetales, sardinas, caldos, ropa, perfumes, zapatos, cosméticos, bisutería, azúcar, sal, aceite, harina, embutidos, plátanos, yuca y habichuela entre otros bienes. Si cuando no llueve el aspecto del mercado es deprimente al ver mezclados la tierra y lo que se vende, cuando llegan las lluvias el panorama es peor. El esquema se insalubridad y de generación de desperdicios es tan terrible, que antes la alcaldía de Jimaní recogía la basura dos veces a la semana, actualmente tiene que hacer eso diariamente, hasta los domingos, de acuerdo a informaciones ofrecidas por Rubén Darío Matos, presidente del Concejo Municipal de esa ciudad. “Es una zona muy sensible, es un mercado sobre el agua y la contaminación. Es un factor determinante en la generación de enfermedades, pero es a la vez la fuente de ingresos de una cantidad importante de personas, tanto de Haití como de la provincia”, sostiene el funcionario.

Como Rubén Darío, muchas otras personas de la provincia Independencia coinciden en que parte del desarrollo de sus pueblos está íntimamente ligado al movimiento de negocios que se produce al final de la carretera principal de Jimaní, es decir, entre el último tramo de la vía y la puerta para cruzar a Haití.

Esa puerta se abre de par en par los lunes y jueves entre las 8:30 y las 9:00 de la mañana y se cierra a las 6:00 de la tarde. Sin embargo, los comerciantes comienzan a recoger sus mercancías desde las 2:00 de la tarde. “El avance económico de Jimaní depende de ese intercambio que se da entre nosotros los dominicanos y nuestros vecinos del otro lado. No existe otra forma de sobrevivencia”, refiere desde otro escenario el presidente de la Asociación de Distribuidores de Huevos de Jimaní, Laureano Santana.

Este exportador asegura que hace un tiempo, “cuando todo era mejor y Haití no tenía la ñoñería de ahora, por cada versión del mercado se movían más de RD$100 millones. “Actualmente eso ha variado un poco, quizás la baja ha sido del 80%”, calcula Santana, en una conversación con elCaribe. Las actividades de compra y venta de productos se realizan en plena carretera, situada en medio de los lagos Enriquillo y Azuei. Por eso, cuando las aguas de  ambos crecen interrumpen la actividad y cubren la vía.

Cada cierto tiempo el Gobierno tiene que rellenar esa parte, para elevarla y hacerla menos susceptible. La falta de asfalto de ésta es precisamente la que posibilita que se levante la polvareda.

Permanecer unos minutos entre el cruce de camiones y el roce con todo tipo de cosas, en el punto central del comercio, es una labor titánica. Algunos testimonios recogidos indican también que los visitantes se exponen constantemente a perder sus pertenencias, porque allí acuden también expertos en el hurto.

El CEI-RD habría hecho un estudio

El presidente del concejo municipal de Jimaní informó que el Centro de Exportación e Inversión de República Dominicana (CEI-RD) hizo un levantamiento sobre el comercio binacional por Jimaní y que esa institución a su vez le solicitó ayuda a la Dirección General de Cooperación Multilateral para la reubicación y construcción del mercado. “Se ha iniciado la preparación de las tierras, de suerte que se pueda preparar la infraestructura”, dijo Matos. Calculó que un proyecto bien pensado del mercado binacional podría generar unos 3,000 puestos de trabajo. No se refiere a empleos, sino a personas que puedan de-senvolverse en su propio negocio de forma independiente.

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