Ecos del CELAM en Río

INTRODUCCIÓNQuiero traer a la memoria este dato: mis últimos tres artículos hay que situarlos en Río de Janeiro en Julio de 2013.  Los dos primeros se relacionan con el Papa Francisco y el último sólo con el Consejo…

INTRODUCCIÓN

Quiero traer a la memoria este dato: mis últimos tres artículos hay que situarlos en Río de Janeiro en Julio de 2013.  Los dos primeros se relacionan con el Papa Francisco y el último sólo con el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).  He aquí los títulos de los tres:

1.Ecos del Papa Francisco en Río.
2. Ecos del Papa Francisco y del CELAM en Río.
3.Ecos del CELAM en Río.

Este tercero, habiendo regresado el Papa a Roma, recoge los textos de las tres meditaciones  breves, que tuvimos los 40 Obispos del CELAM, cada mañana al inicio de nuestros trabajos del día.

Los encontré tan dicientes e interesantes que consideré cosa buena difundirlos y compartirlos con ustedes.  Si los observa bien uno trata aspectos relacionados con el pasado, el otro con el presente y un tercero con el futuro.

I. ENVIADOS PARA HACER DISCÍPULOS:  Mateo 30 Julio 2013

1. Lectura Bíblica:   Mateo 28,  16-20
“Los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña donde Jesús los había citado. Al verlo, se postraron delante de el; sin embargo, algunos todavía dudaron. Acercándose, Jesús les dijo: «Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo.

2. Meditación

Un elemento fundamental de la misión de la Iglesia es “hacer discípulos”, adherir a Jesús a las personas. Siempre ha existido —y nuestra época no es la excepción— el peligro de generar membrecía grupal en lugar de adhesión a Jesucristo. El encargo del evangelio aparece con bastante claridad: nuestra misión consiste en que la gente se entusiasme por Jesucristo, se adhiera a su persona y su mensaje. Y junto con esto se integre no a un grupo solamente —mucho menos a una especie de club— sino a una auténtica comunidad.
El Evangelio refuerza el sentido anterior al dejar claro que la finalidad última de la tarea evangelizadora es que la gente participe de la vida de Dios, se consagre a la Trinidad, a la fuente de la vida que no se acaba. Esto significa entonces que no se valen ideas o comportamientos de cristiandad en los que prevalece la búsqueda de la cantidad en lugar de la calidad, el aumento del cristianismo sociológico en lugar del testimonial.

Por último, el contenido de lo compartido es fundamental: lo que Jesús mandó, es decir, lo que Jesús enseñó y vivió. Es cierto que es imposible compartir un mensaje totalmente objetivo; lo que digamos de la Buena Nueva de Jesucristo siempre llevará nuestro sello por la experiencia acumulada y nuestros condicionamientos histórico-culturales. Sin embargo, estamos llamados permanentemente a revisar si el mensaje compartido está más o menos lejos de la práctica de Jesús.

La tarea no es fácil; hasta parece imposible. Sin embargo, no es nuestra tarea, es la del Señor. Somos responsables, no sus dueños absolutos. Él está con nosotros para que no desfallezcamos pero también para que no caigamos en la tentación de hacerla a nuestro antojo.

3. Oración

Señor, tú has querido que tu Iglesia sea sacramento de salvación para todos los hombres, a fin de que la obra redentora de Cristo persevere hasta el fin de los tiempos; mueve ahora los corazones de tus fieles y concédenos la gracia de sentir que nos llamas con urgencia a trabajar por la salvación del mundo, para que, de todas las naciones, se forme y desarrolle un solo pueblo y una sola familia, consagrada a tu nombre. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

II. TRANSMITIR LO QUE HE RECIBIDO:  31 de julio 2013

1. Lectura:  1 Corintios 15, 1-3
“Hermanos, les recuerdo la Buena Noticia que yo les he predicado, que ustedes han recibido y a la cual permanecen fieles. Por ella son salvados, si la conservan tal como yo se la anuncié; de lo contrario, habrán creído en vano. Les he trasmitido en primer lugar, lo que yo mismo recibí: Cristo murió por nuestros pecados, conforme a la Escritura”.

2. Meditación

La gran noticia de la resurrección de Cristo ha sido formulada con palabras precisas por la tradición, y Pablo quiere mantenerse absolutamente fiel a esa tradición. Estamos por tanto, ante una profesión de fe con la que quiere, sin duda, poner de relieve que en un tema tan importante como este, su testimonio personal concuerda con la tradición apostólica. No está Pablo inventando; está transmitiendo lo recibido con absoluta fidelidad. Por lo demás, los apóstoles –incluido Pablo- han vivido la experiencia, no del hecho mismo ni del momento de la resurrección de Jesús, sino más bien la experiencia de un Jesús que sigue vivo después de la muerte. La resurrección de Cristo es un hecho real, pero al mismo tiempo es un hecho sobrenatural que desborda la historia humana para entrar en la orbita de la fe. Esta fe, que nace de un encuentro, tiene necesidad de transmitirse y mediante una cadena ininterrumpida de testimonios llega a nosotros. La Iglesia es una Madre que nos enseña el lenguaje de la fe mediante la tradición apostólica, los Sacramentos, la oración del Señor, el Padrenuestro, y el decálogo. En la celebración de los Sacramentos, la Iglesia transmite su memoria, en particular mediante la profesión de fe, en la que toda la vida se pone en camino hacia la comunión plena con el Dios vivo (cf. Lumen Fidei, cap. Tercero).

3. Oración:

Nos dirigimos en oración a María, madre de la Iglesia y madre de nuestra fe.
¡Madre, ayuda nuestra fe!

Abre nuestro oído a la Palabra, para que reconozcamos la voz de Dios y su llamada. Aviva en nosotros el deseo de seguir sus pasos, saliendo de nuestra tierra y confiando en su promesa. Ayúdanos a dejarnos tocar por su amor, para que podamos tocarlo en la fe. Ayúdanos a fiarnos plenamente de él, a creer en su amor, sobre todo en los momentos de tribulación y de cruz, cuando nuestra fe es llamada a crecer y a madurar.

Siembra en nuestra fe la alegría del Resucitado. Recuérdanos que quien cree no está nunca solo. Enséñanos a mirar con los ojos de Jesús, para que él sea luz en nuestro camino.

Y que esta luz de la fe crezca continuamente en nosotros, hasta que llegue el día sin ocaso, que es el mismo Cristo, tu Hijo, nuestro Señor. Amén.

III. DIOS PREPARA UNA CIUDAD:  1 de Agosto 2013

1. Lectura:  Hebreos 11, 13-16
“Todos ellos murieron en la fe, sin alcanzar el cumplimiento de las promesas: las vieron y las saludaron de lejos, reconociendo que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Los que hablan así demuestran claramente que buscan una patria; y si hubieran pensado en aquella de la que habían salido, habrían tenido oportunidad de regresar. Pero aspiraban a una patria mejor, nada menos que la celestial. Por eso, Dios no se avergüenza de llamarse «su Dios» y, de hecho, les ha preparado una Ciudad”.

2. Meditación

Estas palabras están dedicadas a Abel, Enoc, Noé, Abrahán, Isaac, Jacob, José, Moisés, Rahab, Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas, entre otros hombres y mujeres fieles del pasado. De todos ellos se dice que “esperaban una ciudad mejor” y se incluye a los cristianos por mantener también esa “esperanza como ancla para el alma.” Ninguno de ellos conocía los detalles, pero sabían que si procedía de Dios, todo sería “muy bueno.”

Ese anhelo por obtener un lugar mejor, que colme toda expectativa de amor y justicia latentes en el corazón del ser humano y la realización plena de su propia trascendencia como el de toda la humanidad, es lo que el cristianismo significa. Toda una seria oferta de sentido contra “el absurdo”. En el cristianismo se anuncia el “reino de Dios” y ya ahora anima a sembrar lo bueno por doquier, a tratar a todos los hombres como a hermanos (parábola del buen samaritano) y a practicar una caridad positiva y activa con los más necesitados. Y es que la caridad o amor cristiano es superior y más excelsa que la simple justicia (justicia: a cada uno lo suyo), porque es sensible con los más débiles y va más allá al hacer el bien al prójimo sin esperar nada a cambio.

Desde la perspectiva cristiana, ese “reino de Dios” está por encima de las simples luchas políticas humanas y de toda clase de animosidad o enfrentamiento bélico. También está por encima de las divisiones en forma de “estados”, “países,” “naciones” o partidos políticos. Es en ese sentido espiritual que se es un verdadero “ciudadano de mundo”, porque al igual que Dios, se ama y se respeta a todo ser humano y se procura su bien perpetuo y salvación eternos.

3. Oración de la Misión Continental
Quédate con nosotros, Señor,
Acompáñanos, aunque no siempre
Hayamos sabido reconocerte.

CONCLUSIÓN
CERTIFICO que en mi artículo “ECOS DEL CELAM EN RÍO” transcribo textualmente los textos de las tres meditaciones, que tuvimos los Obispos los días, 30 y 31 de Julio y el 1 de agosto 2013 en la reunión anual de coordinación.
DOY FE, en Santiago de los Caballeros a los quince (15) días del mes de agosto del año del Señor dos mil trece (2013).

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