Rubén Bichara

Que Bichara lo quiera o no, y aunque anuncie que en tres años la luz quedará resuelta (i justo cuando termina su mandato!, ja, ja, ja, ja ), él representa, con bigote o sin bigote, una de las sombras del gobierno de Danilo, a un año de existencia.  Más que sombra, él simboliza la oscuridad que nos persigue desde que Julio Sauri, en la era balagueriana, pintó de negro las noches dominicanas. Es tragicómica la anécdota que cuenta que a los turistas les encanta ese toque de atraso porque cuando vuelve, no hay pueblo más contento. Es el contraste con el momento en que se va y se oyen todas las maldiciones al gobierno por la llegada sin aviso del intruso apagón que nos roba el sosiego, la alegría, nos daña aparatos eléctricos, nos borra trabajos en el computador y nos saca de quicio.  Y todo el mundo, mayormente el que paga, se pregunta: ¿ Hasta cuándo?.