Obama otorga a sargento Medalla de Honor

WASHINGTON— El presidente Barack Obama confirió el lunes la distinción militar más alta de Estados Unidos, la Medalla de Honor, al sargento del Ejército Ty Carter, que combatió en Afganistán y al que describió como «la esencia del heroísmo&#8230

WASHINGTON— El presidente Barack Obama confirió el lunes la distinción militar más alta de Estados Unidos, la Medalla de Honor, al sargento del Ejército Ty Carter, que combatió en Afganistán y al que describió como «la esencia del heroísmo verdadero», pero que todavía enfrenta las consecuencias emocionales de la guerra.

Carter arriesgó su vida para salvar a un soldado herido, reabastecer de munición a sus compañeros y prestar primeros auxilios durante un intenso combate hace cuatro años en una zona remota rodeada de montañas en Afganistán.

«Como estos soldados y sus familias le pueden contar, son una familia forjada en el combate, la pérdida y el amor», expresó Obama con Carter a su lado ante la presencia de otros efectivos de la unidad a la que perteneció el galardonado, en la Casa Blanca.

El 3 de octubre de 2009, Carter, entonces especialista del Ejército, salió corriendo de su barraca para participar con su compañeros en un intenso enfrentamiento que duró un día y en el que murieron ocho soldados cuando defendían su posición del ataque de una fuerza del Talibán y combatientes locales que los superaban en número, en un valle rodeado por montañas elevadas.

Carter, que todavía sufre del trastorno de estrés postraumático, se mantuvo impasible durante la ceremonia, aunque casi al final dibujó una sonrisa plena después que Obama le colocó en el cuello la medalla con la cinta azul y los presentes —de los que 40 personas eran familiares — le dedicaron una fuerte ovación de pie.

Después, Carter dijo a la prensa frente a la Casa Blanca que la medalla había sido «una de las experiencias más grandes» para su familia y afirmó que «se esforzaría por estar a la altura de la responsabilidades».

Agregó que quería contribuir a que los estadounidenses comprendan mejor las «heridas invisibles» que aún lo aquejan, igual que a miles de otros veteranos de guerra.

«Sólo aquellos más cercanos a mí pueden ver las cicatrices», dijo Carter leyendo de un texto preparado de antemano.

La gente debe saber que quienes sufren trastorno de estrés postraumático «no están locos, simplemente la vida es para ellos un lastre que no es para otros», agregó.

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