Todo me está permitido, pero no todo me conviene. Todo me está permitido, pero no permitiré que nada me domine.” En este pasaje, el cual se encuentra en 1 Corintios 6:12, el apóstol Pablo envía al pueblo del mismo nombre, y hoy a nosotros, cómo él aprendió a ser verdaderamente libre como decía Jesús, cuya doctrina éste predicaba. En nuestro país hablamos de que somos verdaderamente libres. Y, es verdad, ya que nuestra constitución nos permite actuaciones y derechos, al igual que deberes, que todavía al día de hoy, como por ejemplo la libertad religiosa, hay países donde están totalmente prohibidos.
Siguiendo el texto bíblico, el apóstol Pablo hace referencia a buscar y vivir esta dimensión humana, de la cual todos hablan; pero, que muchos no han entendido qué implica la libertad.
Voy a realizar algunas preguntas que a cada uno de ustedes le permitirá hacerse una revisión de si está viviendo en libertad plena o en absoluta esclavitud. ¿Comes en función de una alimentación adecuada y sana, la cual permita a tu cuerpo los nutrientes necesarios para una buena salud?, o por el contrario, aun con prohibiciones médicas, ¿no tienes la capacidad de dejar aquellas cosas que sabes son veneno para el mismo y hasta con ello a veces morir por lo que comes? ¿Tienes años luchando con tu problema de tabaco, alcohol, con el pleno conocimiento del daño físico y emocional que éste trae a ti y a los que están cerca, sin poder dejarlo? ¿Buscas cada día, empezando en tu hogar, mantener respeto, comunicación, tolerancia, amor?, ¿Llevas años cargando sentimientos traumáticos de infancia, heridas o a veces ofensas de un compañero de trabajo, los cuales te corroen como el óxido al metal? ¿Te olvidas de los riesgos que implica una relación sexual, tan libremente permitida en estos tiempos, sin entender que con esto puedes traer a tu vida la pérdida de tu familia, transmisión de enfermedades o embarazos no deseados? Serían necesarias páginas completas de este medio para seguir realizando preguntas sobre cosas que cargan personas en sus vidas. Cuando seas capaz de no permitir que nada te domine, habrás alcanzado tu verdadera libertad.
