Comisiones y ganancias de AFPs

Durante el 2003, 2004 y 2005, las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFPs) del país perdieron dinero. Los resultados después de impuestos (ganancias o pérdidas) como porcentaje del balance promedio anual de los fondos de pensiones administrados&#8

Durante el 2003, 2004 y 2005, las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFPs) del país perdieron dinero. Los resultados después de impuestos (ganancias o pérdidas) como porcentaje del balance promedio anual de los fondos de pensiones administrados fue de -73.91%, -4.48% y -0.48%, respectivamente, en los tres primeros años del sistema de capitalización individual, resultados negativos que muchos parecen haber olvidado. A partir del 2006, las AFPs comenzaron a generar ganancias: 0.77% en el 2006, 0.58% en el 2007, 1.33% en el 2008, 2.41% en el 2009, 2.62% en el 2010 y 2.11% en el 2011.

En el 2012, gracias a las enormes ganancias contables -no realizadas- generadas por el criterio “mark-to-market” al que están compelidas las AFPs cuando valoran sus inversiones, éstas vieron elevar sus ganancias a 2.76%, proyectándose que alcanzarían un 2.94% en el 2013, partiendo de los resultados del primer semestre de este año.

Analicemos con más precisión los últimos dos años. En el año 2012, las AFPs registraron un beneficio después de impuesto de RD$3,771.2 millones. De ese beneficio, RD$1,195 millones se debieron a las ganancias que les generó a las AFPs el criterio “mark-to-market” para la valoración de las inversiones. Si se eliminan esas ganancias no realizadas, las ganancias después de impuesto como porcentaje del balance promedio de los fondos de pensiones administrados en el 2012 sería de 1.89%, inferior al inflado 2.76%.

Para el 2013, se estima que de mantenerse la tendencia del primer semestre, las AFPs mostrarían ganancias por RD$5,234.4 millones. De ese monto, RD$3,092 millones se originan en el efecto de valorar las inversiones bajo el criterio de “mark-to-market”. Si las inversiones fuesen valoradas a su precio de adquisición, las ganancias después de impuestos como porcentaje del balance promedio de los fondos de pensiones administrados en el 2013, en vez de terminar en 2.94%, serían de 1.20% .

Como se puede advertir, la preocupación de quienes entienden que las AFPs están ganando mucho dinero se disiparía considerablemente si se modifica el actual criterio de valoración de las inversiones por otro más sensato que reconozca que las AFPs han invertido preponderantemente en títulos de renta fija con vencimiento definido, de los cuales un diminuto porcentaje se transa en un incipiente y poco profundo mercado secundario. Registrar ganancias de capital no realizadas, derivadas de las señales de precios que envía ese mercado secundario, es lo que está generando “enormes” ganancias a los afiliados y las AFPs.

Algunos sostienen, sin embargo, que el problema se debe a las elevadas comisiones. La comisión de administración de 0.50% que cobran las AFPs dominicanas es igual a la que cobran las bolivianas y muy inferior al 1.44% de las chilenas, 1.50% de las salvadoreñas, 1.59% de las colombianas, 1.62% de las uruguayas y 1.95% de las peruanas. Esa comisión, por tanto, no puede ser la causa de las  “ganancias excesivas” de las AFPs.

Se señala que la comisión de hasta 30% sobre el exceso de rentabilidad es la que está generando “ganancias excesivas” a las AFPs. Las comisiones sobre rentabilidad existen en algunos sistemas de pensiones. En Costa Rica, Kasajistán y Slovakia se cobra el 7.75%, 15% y 5.6%, respectivamente, sobre la rentabilidad total, una base mayor que la rentabilidad marginal o exceso de rentabilidad que se utiliza aquí.

Si el fondo de pensiones administrado por una AFP costarricense genera una rentabilidad anual del 8.48%, la AFP termina cobrando un 0.66% (8.48% x 0.0775) del balance del fondo de pensiones administrado. En nuestro caso, se cobra el 30%, no sobre la rentabilidad total, sino del exceso de rentabilidad sobre el piso o “benchmark” definido por la ley: la tasa de interés de los certificados de depósitos de la banca comercial. En el año 2007, por ejemplo, la rentabilidad de los fondos de pensiones en República Dominicana fue de 8.48% mientras que la tasa de interés promedio ponderado de la banca comercial fue de 6.94%.

El exceso de rentabilidad, por tanto, fue de 1.54%. De ese exceso, las AFPs dominicanas cobraron el 30%, es decir, el 0.46% (1.54% x 0.30) del balance en el fondo de pensiones, inferior al 0.66% que habrían cobrado las costarricenses.

Claro, si por fluctuaciones anormales en la política monetaria del país y/o criterios de valoración de inversiones tipo “mark-to-market”, resulta que el exceso de rentabilidad se dispara a 7.22% ó 10.00%, como sucedió en el 2012 y en el primer semestre del 2013, las AFPs terminarían cobrando una comisión sobre el exceso de rentabilidad equivalente a 2.17% ó 3.00% del balance promedio de los fondos de pensiones, un nivel relativamente elevado, no porque el 30% sea una comisión excesiva, sino porque la base sobre la que se aplica  la comisión está afectada por políticas y criterios que generan una volatilidad exagerada.

Lo razonable sería corregir los elementos distorsionantes que están disparando la base sobre la que las AFPs aplican la comisión de 30%. Una vez eliminada la distorsión, se reevaluaría la situación para determinar no sólo si el 30% es alto o bajo, sino qué otras opciones tendríamos para definir la estructura de comisiones a cobrar por las AFPs.

En los países con sistemas de pensiones basados en la capitalización individual, lo que se advierte es un uso cada vez más intenso de las comisiones sobre saldos o balances, lo que implícitamente incorpora la rentabilidad obtenida durante el año, combinadas con comisiones de administración.

Bolivia, Australia, Israel, Bulgaria, Hungría y Latvia cobran una comisión de administración que va desde 0.44% a 5% sobre los salarios (o aportes) combinada con una comisión sobre el saldo en la cuenta de capitalización individual que va desde 0.39% a 2.53%. En Polonia y Slovakia, las AFPs cobran tres comisiones: administración, saldo y rentabilidad.

Estonia, Suecia y México no tienen comisión de administración ni sobre rentabilidad. Operan con una sola comisión sobre el saldo. Las Afores en México, aunque no se les fija un límite, en 1997 comenzaron cobrando una comisión promedio ponderada del 14.95% sobre el saldo.

En el 2001, la comisión descendió a 5.10%. En el 2006, a los diez años de haberse iniciado el sistema, cobraron una comisión de 2.13% sobre los saldos en las cuentas de capitalización individual. A medida que el sistema continuó madurando, la comisión siguió bajando, alcanzado 1.33% en el 2012.

Visto lo anterior lo que procedería es un diálogo abierto y constructivo entre la Superintendencia de Pensiones (Sipen) y las AFPs. El diálogo debería comenzar con una evaluación de los primeros diez años del sistema de pensiones, para determinar las acciones necesarias que permitan al sistema acumular fondos a un ritmo más acelerado para financiar el desarrollo de la Nación.

Continuaría con la reforma de los criterios de valoración de inversiones que definitivamente están inflando las ganancias de los afiliados y las AFPs. Y culminaría con una evaluación desapasionada de la estructura de comisiones vigentes en el país, para determinar si dicha estructura es la más conveniente, o si convendría movernos a un sistema mixto de comisiones de administración y sobre el saldo, o a un sistema uniforme de comisión sobre el saldo. l

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