El presidente Danilo Medina aseguró ayer que antes de ser mandatario le pidió a Dios que si no le iba a ayudar a cumplir con su programa de gobierno que no le diera la victoria.El jefe de Estado manifestó que si el Todopoderoso permitió que él llegara a dirigir los destinos de la nación, fue para que cumpliera con las promesas de su oferta electoral.
“Si Dios me dio la victoria, entonces yo sé que me va a acompañar a echar hacia adelante este programa”, precisó, al tiempo de afirmar que desde que asumió el poder trabaja para que los ciudadanos vivan en mejores condiciones, que estén más educados, más saludables, mejor alimentados y en capacidad de generar riquezas y ser competitivos.
“Aspiramos a crear un nación que compita en igualdad de condiciones y que nos asegure crear las condiciones para que nadie en la República Dominicana tenga que meterse en una banda delictiva porque el Estado no le ofrece la posibilidad de conseguir un trabajo digno”, dijo.
Para lograr parte de esos objetivos- dijo Medina- el Gobierno ejecuta el plan “Quisqueya Sin Miseria”, creado a través del decreto 491-12 y que engloba los planes de alfabetización “Quisqueya Aprende Contigo”, iniciativa que definió como “una obra de amor” para que en el país no se quede nadie sin alfabetizar, así como el “Quisqueya Empieza Contigo” y “Quisqueya Somos Todos”. De igual forma, mencionó y resaltó las bondades de la tanda extendida como componente para el desarrollo al que aspira llevar al país.
“Esos programas son un solo cuerpo que lo que buscan es tener ciudadanos que ayuden a sacar a la República Dominicana del atraso y el subdesarrollo”, dijo.
Medina habló en un acto en el hotel Plaza Naco, donde la comunidad evangélica firmó un convenio de colaboración con el Gobierno para impulsar los proyectos mencionados en las iglesias de esa denominación.
Evangélicos asumen compromiso estatal
El acuerdo, suscrito por el Gobierno y los representantes de la Mesa Nacional del Diálogo Evangélico, contempla el interés de este organismo de promover que en cada una de las iglesias, templos y organizaciones representados, se diseñen, registren y ejecuten proyectos individuales de alfabetización en cada comunidad, por voluntarios seleccionados entre su feligresía.
