A República Dominicana no le ha ido mal en los últimos años en el tema de atracción de inversión extranjera directa (IED). La pregunta es si el país podrá mantener esa dinámica.En 2012 el país lideró a Centroamérica y Sudamérica en la captación de capital foráneo, respecto al producto interno bruto (PIB). Los mayores inversores en el territorio dominicano en el citado año fueron Estados Unidos, Canadá y España, de acuerdo a un informe del Banco Mundial (BM).
El informe, aunque presentado un poco tardío, porque se trata de números registrados en 2012 y apenas se dio a conocer hace varios días, indica que el pasado año dominicana atrajo un valor de 3,583 millones de dólares en inversión extranjera directa, lo que constituye un máximo histórico para el país.
La mayor parte de los flujos de capitales se concentraron en los sectores minero y cervecero, gracias a las inversiones de las compañías canadienses Barrick y Falcondo, así como la adquisición de la Cervecería Nacional Dominicana de parte del grupo brasileño Ambev.
De toda IED que llegó a República Dominicana en 2012 Canadá aportó el 33.06%. La inversión canadiense ha sido la de mayor afluencia en el país durante los últimos cuatro años. El BM indica que el reto ahora está en que el país mantenga la entrada de flujos y que consiga atraer inversión en sectores de alto valor añadido. “La llegada de capital extranjero no sólo ayuda a compensar la balanza de pagos del país, sino que también puede conllevar la generación de puestos de trabajo, la importación de tecnologías de producción modernas, y una mayor recaudación para las arcas públicas, fondos que pueden ser utilizados para garantizar un mayor bienestar de la población”, sostiene el BM. España, hasta hace dos años el segundo mayor inversionista extranjero, cayó al tercer lugar, desplazado por Canadá.
Hay que crear vínculos con economía y la gente
El BM cita la importancia de asegurar un buen clima de negocios para tener continuidad de la llegada de capitales y ampliar la gama de sectores a los que se destinan estos flujos. Indica que la eficiente coordinación de políticas públicas es esencial para que la inversión de capital extranjero se vincule en la mayor medida posible a la economía dominicana y beneficie a la gente.
