Cambiando perspectivas para 2014

Con un presupuesto público definido y con un entorno internacional relativamente previsible para 2014, parecería que es poco lo que se puede hacer para incidir en el desempeño económico y social de corto plazo. Es como si la suerte ya estuviera…

Con un presupuesto público definido y con un entorno internacional relativamente previsible para 2014, parecería que es poco lo que se puede hacer para incidir en el desempeño económico y social de corto plazo. Es como si la suerte ya estuviera echada para este año que inicia, y que no se puede esperar mucho de él.

Conocemos que el presupuesto de 2014 trajo pocas cosas nuevas. El gasto primario, que es el gasto total sin incluir el pago de deuda, no va a cambiar por lo que el impacto en la economía no se modificará y no ayudará a contrarrestar el ambiente recesivo, aunque  tampoco contribuirá a deprimir el nivel de actividad. Además, de acuerdo al presupuesto de 2014 la composición del gasto público no cambiará de forma significativa en comparación con 2013 por lo que, en principio, tampoco allí habrá diferencias relevantes.

Por otra parte, se prevé una moderada mejoría de la economía de Estados Unidos, lo que podría suponer un mejor desempeño de las exportaciones (aunque los graves problemas de competitividad hacen dudar sobre si se podrá aprovechar esa oportunidad), de las remesas y del turismo que se origina en ese país, el cual representa entre 35% y 40% del total de turistas. Sin embargo, esa reactivación económica también  tendrá como consecuencia que los rendimientos de las acciones subirán, que el dinero se moverá hacia ese país y que la Reserva Federal irá finiquitando la política de mucho dinero y de tasas de interés excepcionalmente bajas para enfrentar la crisis. El resultado de eso es que el dinero se encarecerá y que los créditos baratos de los que se ha beneficiado el país desde 2008 escasearán.

Esa combinación de pocos cambios presupuestarios y un entorno internacional ligeramente más favorable se traducirá en una mejoría, pero sólo moderada, en el crecimiento económico para 2014. El gobierno proyecta 4.5% comparado con 3% en 2013; el FMI es menos optimista (3.8%) mientras la CEPAL lo es más (5%).  En cualquier caso, muy probablemente el crecimiento será insuficiente para reducir el desempleo. De hecho, con un crecimiento de 4.5%, el número de personas desempleadas aumentará desde 740 mil en 2013 a 783 mil en 2014 (43 mil nuevos desempleados), y el desempleo pasará desde 15.4% a 16%.
A pesar de eso, todavía hay espacio para mejorar el desempeño económico y social de 2014. Pero para ello se requiere dar giros decididos de política que reanimen la confianza y que hagan más efectivas las políticas públicas en el logro de objetivos específicos de corto y mediano plazo.

En primer lugar, urge una renovación del gabinete que refresque al gobierno, que permita una alineación más efectiva de objetivos y acciones de política, que envíe una señal más clara de un ejercicio de gobierno guiado por objetivos antes que por reparticiones de cuotas de poder, y que permita reestructurar y sanear numerosas dependencias. El fin del congreso del partido de gobierno, y con ello el cierre de las dinámicas de posicionamientos y maniobras para lograr adhesiones, debería abrir esa posibilidad.

En segundo lugar, se necesita lograr avances más visibles en materia de transparentar las compras y contrataciones, de hacer más efectivas las directrices para favorecer pequeñas empresas, y en el cumplimiento de las nuevas normativas de personal y remuneraciones en el sector público. Las compras y la nómina pública se perciben como fuentes de grandes desperdicios de recursos. Hay que vencer de una vez por todas las resistencias de un funcionariado que no quiere ceder poder, y superar las incapacidades institucionales. Si eso avanza, y se percibe como tal, los resultados se apreciarán de inmediato.

En tercer lugar, hay que reforzar el gasto en salud, avanzar en la reforma del sector para mejorar la red de atención que es un desastre, y robustecer el programa de atención a la primera infancia. La salud ha sido el área social más descuidada en este gobierno, y esto tiene implicaciones directas e inmediatas sobre la calidad de vida de la gente.

En cuarto lugar, hay que volver a reforzar el gasto público en agropecuaria, con especial atención a la pequeña producción, pero no sólo con crédito sino con una perspectiva más integral, que atienda también temas de tierra, agua, tecnología y comercialización.

Son este tipo de giros los que hacen diferencias en lo inmediato.

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