Inversión venezolana se atrinchera en RD

Venezuela se está posicionando como uno de los principales suplidores de inversión extranjera de la República Dominicana, ya es el cuarto mayor inversionista latinoamericano en el país. Compite en esa categoría con Brasil y México.

Venezuela se está posicionando como uno de los principales suplidores de inversión extranjera de la República Dominicana, ya es el cuarto mayor inversionista latinoamericano en el país. Compite en esa categoría con Brasil y México.

El capital venezolano, que incursionó por primera vez en el mercado dominicano en el año 2001, con un valor de US$7.5 millones, ya está presente en sectores claves como el mercado del seguro, en el sistema financiero y en el sector de alimentos.

La inversión venezolana incluye áreas estratégicas como la de procesamiento y suministro de combustibles, y servicios como los seguros, donde es propietaria del seis por ciento del mercado, que en forma global está en poder de inversores extranjeros en un 37%.

Con un balance de inversión extranjera directa (IED) de US$321.3 millones al cierre del 2012, Venezuela se acercaba a los principales inversores de la región en el mercado dominicano.

Pero ese monto creció por los movimientos de capital que se produjeron en el 2013.Existe la creencia de que el capital venezolano en el país, es mayor que el volumen que dicen las estadísticas oficiales.

Hay actividades, como la compra de villas y apartamentos, que se asume tiene capital venezolano que no necesariamente está registrado como tal. Hay estimaciones que sitúan el monto de la inversión venezolana en la República Dominicana en unos US$1,000 millones.

Estadísticas
Según un flujo de IED, elaborado por el Departamento Internacional del Banco Central, que recoge el período 1993-2012 de América Latina, el principal inversor en la República Dominicana es México, que al cierre del 2012 reflejaba un balance de US$1,482.7 millones, seguido de Brasil, con US$1,298.9 millones.

Esos dos países, que también constituyen dos de las mayores economías de la región, están entre los cinco mayores inversionistas del país.

Los otros países latinoamericanos con inversiones importantes en la economía dominicana son Panamá, con US$462.6 millones; El Salvador, con US$150.3 millones y Colombia, con US$149.4 millones, según el documento del Banco Central.

El caso de El Salvador tiene la particularidad de que el monto fue registrado prácticamente en un solo año, en el 2012, con US$146.3 millones. Las otras dos partidas, de US$2.3 millones y US$1.7 millones, fueron registradas en los años 2005 y 2007, sucesivamente.

Todas las inversiones salvadoreñas en el mercado dominicano corresponden al período cortado a partir del cual los dos países negociaron acuerdos de libre comercio.

República Dominicana y El Salvador están involucrados en dos tratados de libre comercio, uno del 1998, que involucra a todos los países centroamericanos, y otro del 2004, que incluye a los Estados Unidos, el DR-CAFTA.

En el caso de Venezuela, país que tiene la particularidad de ser el mayor acreedor bilateral de la República Dominicana, su incursión como inversionista extranjero lleva doce años seguidos, en uno de los cuales, el balance fue de desinversión (negativo) por valor de US$5.5 millones. Fue el ejercicio del 2003, el tercer año de la incursión venezolana en la economía dominicana, como inversionista.

Las inversiones venezolanas en el país más conocidas son las del Grupo Velutini, que ha hecho inversión en las cadenas de  Blue Mall en Santo Domingo y Punta Cana; el Grupo Cisneros,  en el proyecto hotelero  Tropicalia, en Miches. Además, en el sector turístico, el Grupo Inverplata ha invertido en el hotel Holiday Inn Santo Domingo y en el V Centenario.

El capital venezolano que ha incursionado en la República Dominicana es principalmente privado, pero también está la incursión de Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), compañía estatal que en el 2009 adquirió el 49% de las acciones de la entonces estatal Refinería Dominicana de Petróleo.

Los empresarios privados venezolanos han invertido sus capitales en diferentes sectores o actividades económicas dominicanas, mayormente en plazas comerciales, proyectos turísticos y compañías de seguro.

La plaza Sambil es el mayor exponente de la inversión venezolana y la torre Novo Centro, comprada en el 2009 por el empresario venezolano Alvaro Corrín Ramos, fue la adquisición inmobiliaria más importante que involucra capital del país suramericano.

En el 2010 llegó al mercado dominicano el Banco Banesco, una entidad de capital venezolano, pero que tiene carácter de banco regional. En poco menos de tres años de operación, ha abierto su oficina principal y trece sucursales, incluyendo una en Santiago.

Proyecta abrir varias en el corto plazo. Hay al menos otros dos bancos manejados por el capital venezolano. Se cita una tercera entidad del sistema financiero.

La inversión venezolana también está presente en el campo alimenticio, luego que la multinacional Agritrade, con sede en Venezuela, pactó hace alrededor de dos años una alianza estratégica con la empresa Pollo Cibao, que controlaba más del 57% del mercado de carne de aves y se encontraba en dificultades financieras.

A partir de esa transacción, el capital  venezolano controla la principal empresa avícola en el país.

En tanto, en el mercado asegurador dominicano, el capital venezolano ha tenido una fuerte presencia en los últimos años, siendo el tercer suplidor extranjero, detrás de España y Colombia.

Cuatro aseguradoras, que representan el 6% del mercado dominicano, son de capital venezolano, tres por adquisición y una por creación. Esas aseguradoras son Unión de Seguros, La General de Seguros, Seguro Constitución y Banesco Seguros, esta última una empresa vinculada al Grupo Banesco.

La inversión de capital venezolano ha servido para financiar parte del déficit de la balanza de pagos a través de la cuenta de capital, pero sin embargo no ha incidido en una reducción del déficit comercial dominicano con ese país, debido a que es poco lo que el mercado dominicano exporta a la República Bolivariana, desde donde importa la mayor parte de sus necesidades de combustibles derivados de petróleo. l

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