Más que provocador resultó el coloquio hace unos años sobre la relación de los intelectuales con el poder, en sus variables económica, política y social, cuyo escenario fue el salón de conferencias de la Universidad Apec. Académicos y críticos como Rafael Toribio, Odalís G. Pérez, José Rafael Lantigua, Mu-kien Sang Ben, Fidel Munnigh, José Rafael Lantigua y Manuel Núñez fueron los expositores, con la interacción de un público heterogéneo que incluyó desde innominados asistentes, hasta figuras como el rector de entonces Dennis R.
Simó, el sacerdote Santiago de La Fuente, el filósofo Luis Brea Franco, el ecologista Simón Guerrero, el economista Lucas Vicens y el editor Miguel Decamps, entre otros.
Guillermo Piña-Contreras, escritor y diplomático, tuvo a su cargo la edición de un libro poco común en República Dominicana, significativo aporte de las publicaciones de Unapec, donde los entendidos tocan un tema peliagudo, que inicia con la definición del concepto y la relación del sujeto, colocado en ese sitial con el poder real.
No resultó fácil, hasta el punto de que las contradicciones parecieron antagónicas, establecer un discurso homogéneo en torno al tema, o por lo menos llegar a la unificación de criterios. ¿Quién es o no un intelectual? ¿El poder utiliza a los intelectuales o los intelectuales utilizan al poder, o ambas cosas a la vez? Fueron preguntas que atraparon a los presentes con respuestas que muchos terminaban cuestionando.
Posiciones de Marx, Sartre, Camús, Umberto Eco y Freud, entre muchas, fueron debatidas con pasión poética. No siempre los intelectuales abrazan las mejores causas, como fue el caso de la Alemania Nazi. Muchas dictaduras, incluida la de Trujillo, no estuvieron huérfanas de alguna germinación intelectual.
En Los Intelectuales y el Poder se observa cómo varía la realidad de esos constructores del pensamiento, dependiendo de las circunstancias humanas, políticas y morales en que transcurren sus vidas. Se trata de un libro para leerse y releerse. l
