Gradualmente, pero con pasos firmes, los dominicanos vamos conociendo nuestra verdadera Historia, escamoteada y manipulada por férreos poderes políticos, económicos e imperiales, pero siempre percibible entre las sombras para el investigador exhaustivo que tiene en la búsqueda de la verdad la pasión que da vitalidad y sentido a su existencia.
Obras como Las milicias en Santo Domingo (1779-2013) Espionaje e inteligencia militar a partir de 1822, Miguel Ángel Báez Díaz y su rol en la gesta del 30 de mayo de 1961 y Joaquín Balaguer: Cartas, entrevistas, conferencias, discursos y artículos de opinión (1961-1965), del poeta y crítico Cándido Gerón, se suman al esfuerzo por construir la verdadera historia dominicana, afán que une a inquietos autores de nuestro país.
Gerón, en la primera publicación, responde la gran pregunta: ¿al servicio de quién han estado los cuerpos militares y de espionaje en la Isla de Santo Domingo desde antes de la Independencia hasta nuestros días? El trabajo sobre el mártir de la Democracia Báez Díaz, aclara muchos aspectos que permanecían en la oscuridad, como participante en la decapitación de la dictadura trujillista. En tanto, que la obra con textos de Balaguer nos ubica en el ambiente traumático que vivió políticamente el país, desde el tiranicidio hasta la Revolución y la Intervención Militar Norteamericana en 1965.
No hay dudas de que Gerón viene a convertirse en uno de los exponentes fundamentales de la nueva historiografía dominicana con estas nuevas publicaciones. Valoramos aquí obras narrativas y poéticas que salen de las impresoras, con cierta calidad, y que pasan desapercibidas entre la banalidad y el simplismo presente. Con el tema del necesario autodescubrimiento dominicano, seguir por el derrotero del desdén sería peligroso. He propuesto en mis ambientes la creación en todo el país de círculos de estudios sobre temas como los tratados por Gerón en sus últimas publicaciones. En la práctica, ya muchos lo hacen, pero se requiere de cohesión y sistematicidad. l
