Considerado como el “Padre de la Urología Dominicana”, este maestro de la medicina, era un médico a carta cabal. Nació en Montecristi en el 1914. Estudió el bachillerato en La Vega y Santiago, en donde se recibió de Bachiller en Ciencias Físicas y Naturales en el 1932.
Ingresó en la Universidad de Santo Domingo en 1933 y se recibió como licenciado en Medicina y Cirugía en el 1938.
Entre sus profesores estaban los doctores Elmúdesi, Defilló, Pieter, Moscoso Puello y Goico. Regresa a la ciudad de Santiago a trabajar en la clínica de su padre durante cuatro años.
Consigue, en 1942, una beca del departamento de Salud norteamericano para estudiar en Estados Unidos, en donde residió en New York y estudió Urología en el US Marine Hospital en Staten Island.
A su regreso ingresó como médico especialista en el Hospital de San Cristóbal, dirigido en ese entonces por el doctor Frank Hernández, uno de los más sobresalientes cirujanos de nuestra historia médica.
En 1945 ingresa al cuerpo médico del Ejército Nacional en donde estuvo en contacto con el profesor Marion, eminente urólogo francés. En Santo Domingo había instalado un consultorio en la calle Espaillat que luego mudó a la avenida Bolívar esquina Uruguay, hasta que en 1949 inauguró la Clínica Doctor Abel González, en Santo Domingo, en la avenida Independencia esquina Bernardo Pichardo.
En 1952 obtuvo su doctorado en medicina con el tema “Tumores Primitivos del Uréter”. Fue el pionero de la dedicación exclusiva a la Urología, ya que otros profesionales habían hecho estudios de esa especialidad, pero seguía atendiendo casos de otras áreas. Junto al profesor Marion, en el Hospital Militar realizaron grandes cirugías e introdujeron en el país las más modernas técnicas de la especialidad.
El doctor Abel González fue el primero en introducir la técnica de la prostatectomía retropúbica. Fue Catedrático de Patología Quirúrgica y Urología en la Universidad de Santo Domingo.
En el Hospital Militar Profesor Marion realizó una importante labor médica y llegó a ostentar el rango de teniente coronel del Ejército Nacional.
En 1961 en la noche del 30 de Mayo, atendió en el Hospital Militar a Zacarías de la Cruz, el chofer de Trujillo, herido en el atentado. Luego estuvo presente en la Clínica Internacional en la cirugía que se le practicó a Pedro Livio Cedeño y, por si esto fuera poco, recibió una llamada del doctor Francisco González Cruz, jefe del Cuerpo Médico del Ejército Nacional que le ordenaba que debía embalsamar el cadáver de Trujillo.
El cadáver del dictador se encontraba en la tercera planta del Palacio Nacional, y como no tenía experiencia en el particular se dirigió en horas de la madrugada a la casa de su amigo y colega, el doctor Napoleón Perdomo, quien era, en ese entonces, subdirector del Instituto de Anatomía de la Universidad de Santo Domingo y le dio las instrucciones necesarias para realizar el proceso de embalsamar a Trujillo.
Todo esto nos da una idea de la importancia en la vida nacional del doctor González, de Abelito como se le conocía. Se dedicó junto a su esposa, hermanos y luego sus hijos a trabajar en la Clínica de su nombre. Fue miembro distinguido del Colegio Médico Dominicano, de la Sociedad Dominicana de Urología y en 1981 fue declarado “Padre y Gran Maestro de la Urología Dominicana”.
Los que le conocimos y tratamos recordamos a un gran especialista, afable, conocedor de la historia médica y política del país, gran aficionado a la fotografía. Con su nombre también se inauguró el Centro de Medicina Avanzada Dr. Abel González. Falleció en Santo Domingo en el 2009 con casi 95 años.
