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Mi fiel lector, César de Jesús Canela, ahora residente en el sector de Los Mameyes, de Santo Domingo Este, me escribe por mail y me recuerda que sobran ejemplos de causas y proyectos políticos fracasados a causa de la terquedad de algunos líderes&#823

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Representantes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de organismos sanitarios han propuesto que los cigarros electrónicos sean tratados como un problema estratégico de salud pública, igual que los cigarrillos…

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Llegar a la casa después de una faena de todo un día y, de forma autómata, ponerse cómodo y encender el computador para…

Mi fiel lector, César de Jesús Canela, ahora residente en el sector de Los Mameyes, de Santo Domingo Este, me escribe por mail y me recuerda que sobran ejemplos de causas y proyectos políticos fracasados a causa de la terquedad de algunos líderes que se resisten a dar su brazo a torcer. Lean ahí: “La historia de la humanidad registra muchísimos casos de importantes proyectos políticos, de muchas causas nobles, que han ido directamente al fracaso porque sus impulsores, sus líderes, en un momento determinado, se han dejado llevar de la emoción y el entusiasmo, se ponen brutos dicen por ahí, y arropados por la terquedad y a veces sin razón, adoptan actitudes irracionales, de terquedad, rehusando y resistiéndose a ceder en cuestiones si se quiere baladíes. Es lo que apunta estar ocurriendo en ciertos núcleos partidarios de los que apuran pasos por proyectos aliancistas para las elecciones del año próximo. Los dirigentes, léase bien el término: dirigentes, están llamados a dirigir, y como tales se supone que han de tener la capacidad y la ascendencia suficiente entre los suyos para convencer a estos de lo correcto de sus decisiones. Un dirigente que no puede convencer a quienes le siguen no merece ser tal porque acusa una debilidad de carácter que lo despoja de magnetismo y de la capacidad intrínseca para dirigir que es condición sinequanom para el ejercicio del liderazgo. Ahora bien, ¿porqué hay quienes se aferran a posiciones electivas en sus manos, a sabiendas de que no tienen el favor de sus electores y que repostularse es tomar la ruta de la derrota? Quizás sicólogos y sociólogos puedan responder con el contenido profesional que arrojaría el estudio de la personalidad de estos sujetos, pero el pueblo llano entiende que es el síndrome de Esto es Mío el que afecta a esos personajes, que pierden la visión correcta de la realidad que les rodea, presumen que los puestos que ocupan son herencia y se rehúsan a asumir la impopularidad de su gestión, con un mimetismo arrogante que les hace creer solo lo que ellos quieren creer”. Sin comentarios…

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Representantes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de organismos sanitarios han propuesto que los cigarros electrónicos sean tratados como un problema estratégico de salud pública, igual que los cigarrillos de tabaco convencionales.

El director de Tobaco Free Initiative (Iniciativa Sin Tabaco) de la OMS, Armando Perruga, ha señalado que todavía no existe una evidencia científica ni información suficiente sobre los peligros a largo plazo de este tipo de cigarros, pero está demostrado que contienen sustancias tóxicas y cancerígenas iguales a las del tabaco.

Los cigarros electrónicos se empezaron a comercializar hace una década, pero durante los últimos dos años se ha popularizado su uso, según se reporta contiene sustancias tóxicas que genera el vapor de los cigarros electrónicos están concentradas en términos y cantidades menores que en el humo del tabaco, y esto hace deducir a la población que son inofensivos.

Actualmente, la OMS está en proceso de elaborar una posición más específica respecto a los cigarrillos electrónicos y regular su uso y contenido. Estos se  muestran preocupados por la entrada de las empresas tabacaleras tradicionales en el mercado, que buscan proteger su producto y conseguir nuevos consumidores. 

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Llegar a la casa después de una faena de todo un día y, de forma autómata, ponerse cómodo y encender el computador para revisar correos, y luego, entrar a las redes sociales, se ha convertido en un estilo de vida para la gran mayoría de personas sin importar edad.

Es probable que por las ocupaciones de trabajo apenas haya podido comunicarse con su familia (llámese esposo (a), hijos, etc.); no obstante, penetra a un mundo el cual está logrando cada vez más y silenciosamente una separación entre los miembros de su propio hogar.

Todos comparten un mismo techo, están diariamente juntos, pero invadidos de forma permanente por la “comunicación” moderna, la cual se ha encargado de convertir a cada uno de los miembros en un ente separado. ¿Y entonces, qué está pasando, si vivimos la era de la comunicación?

Recuerdo una familia que por las noches,  cuando se iba la luz y solo había luz en la parte de abajo con una lámpara de gas propano que iluminaba todo el entorno, provocaba una tertulia  que los mantenía unidos cada noche.

Esas son de las cosas que a veces me hacen cuestionar hasta dónde los efectos de los supuestos avances son, en vez de positivos, perjudiciales en lo que concierne a la cercanía física y emocional entre los individuos hoy día. La mayoría de la gente no se entera qué pasa dentro de su casa y, muchas veces, los últimos en descubrir cosas que ya todos saben y que han dañado a uno más de sus miembros, son los de adentro; cuando los daños, en ocasiones, ya están avanzados.

Meterse horas a “navegar” por el mundo y enterarse qué hace fulano, si está o no de viaje, con quién anda, el carro que se compró, el desfile de modas que a través de las fotos diarias podemos ver (en el caso de las mujeres), con lo que se rompe todo tipo de privacidad que por lo general siempre se había cuidado.

Esta publicidad conlleva a que los involucrados en ella empiecen a manejar una serie de sentimientos inconscientes, los cuales contribuyen a un aumento en la competencia social, que es uno de los males que está afectando grandemente a nuestra sociedad, y que lleva, especialmente a los jóvenes, a querer hacer o querer tener lo que todavía no está a su alcance.

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