Mi fiel lector, César de Jesús Canela, ahora residente en el sector de Los Mameyes, de Santo Domingo Este, me escribe por mail y me recuerda que sobran ejemplos de causas y proyectos políticos fracasados a causa de la terquedad de algunos líderes que se resisten a dar su brazo a torcer. Lean ahí: “La historia de la humanidad registra muchísimos casos de importantes proyectos políticos, de muchas causas nobles, que han ido directamente al fracaso porque sus impulsores, sus líderes, en un momento determinado, se han dejado llevar de la emoción y el entusiasmo, se ponen brutos dicen por ahí, y arropados por la terquedad y a veces sin razón, adoptan actitudes irracionales, de terquedad, rehusando y resistiéndose a ceder en cuestiones si se quiere baladíes. Es lo que apunta estar ocurriendo en ciertos núcleos partidarios de los que apuran pasos por proyectos aliancistas para las elecciones del año próximo. Los dirigentes, léase bien el término: dirigentes, están llamados a dirigir, y como tales se supone que han de tener la capacidad y la ascendencia suficiente entre los suyos para convencer a estos de lo correcto de sus decisiones. Un dirigente que no puede convencer a quienes le siguen no merece ser tal porque acusa una debilidad de carácter que lo despoja de magnetismo y de la capacidad intrínseca para dirigir que es condición sinequanom para el ejercicio del liderazgo. Ahora bien, ¿porqué hay quienes se aferran a posiciones electivas en sus manos, a sabiendas de que no tienen el favor de sus electores y que repostularse es tomar la ruta de la derrota? Quizás sicólogos y sociólogos puedan responder con el contenido profesional que arrojaría el estudio de la personalidad de estos sujetos, pero el pueblo llano entiende que es el síndrome de Esto es Mío el que afecta a esos personajes, que pierden la visión correcta de la realidad que les rodea, presumen que los puestos que ocupan son herencia y se rehúsan a asumir la impopularidad de su gestión, con un mimetismo arrogante que les hace creer solo lo que ellos quieren creer”. Sin comentarios…
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Mi fiel lector, César de Jesús Canela, ahora residente en el sector de Los Mameyes, de Santo Domingo Este, me escribe por mail y me recuerda que sobran ejemplos de causas y proyectos políticos fracasados a causa de la terquedad de algunos líderes̷