Cómo sanar tu piel de una insolación

Darse un chapuzón en la playa o en una piscina es una experiencia relajante y divertida, actividad que muchos aprovecharon durante estos días de Cuaresma.

Darse un chapuzón en la playa o en una piscina es una experiencia relajante y divertida, actividad que muchos aprovecharon durante estos días de Cuaresma. También, quienes gustan de tener un bronceado perfecto (popularmente conocido como “tan”), optaron por tomar “un baño de sol”, pero… ¿habrán tomado las medidas de protección adecuadas? Es probable que hoy, luego de mucho gozar, sean muchas las personas que estén padeciendo de una fuerte insolación, que según explica Manuel Cochón Aranda, dermatólogo, es el resultado de una exposición excesiva a las radiaciones ultravioleta, principalmente UVB, cuya fuente natural es el sol.

Si eres de los que se dejaron llevar por el entusiasmo de disfrutar al máximo estos días de asueto y te convertiste en  una “víctima” de la insolación, no es de extrañar que te quejes de un ligero eritema o rojez. Esto es normal, ya que, según dice el especialista, no implica grandes molestias. Sin embargo, no prevenir una insolación puede traer mayores consecuencias, especialmente en los próximos días de primavera-verano, temporada en la que se intensifican los viajes a las playas y balnearios.

“El proceso para sufrir una insolación depende del tiempo a que se exponga la persona al sol. Una exposición corta, provoca eritema o rojez, que se acompaña de ardor o picor. Si la exposición continúa por mucho tiempo, pueden aparecer ampollas, inflamación y llegar a la insolación, que es una forma de quemadura provocada por los rayos solares, que además de la rojez, ardor, dolor o aumento de la temperatura corporal, puede hasta comprometer la vida del paciente”, agrega Cochón Aranda, quien es miembro de la Sociedad Dominicana de Dermatología.

Consecuencias

“Una insolación puede provocar inflamación marcada del área, así como mucho dolor, ardor, ampollas, deshidratación, mareos, convulsiones, e incluso, muerte”, detalla el dermatólogo.

Para evitar esto, la prevención es básica. Por tanto, los especialistas siempre recomiendan usar ropa fresca, tomar mucha agua, usar protector solar y evitar largas horas expuestos al sol. Pero si no tomaste en cuenta estas medidas, entonces te toca sanar tu piel e hidratarte.

“Retirarse del sol es primordial. Debe ofrecerse la hidratación correcta, dependiendo del caso, tomando líquidos o a través de soluciones endovenosas para corregir desbalances hidroelectrolíticos; y para controlar la temperatura corporal a nivel de la piel, lo recomendable es aplicar lociones o cremas refrescantes”, aconseja Cochón Aranda, quien asegura, que de no tratarse la insolación correctamente podría conllevar riesgos, tanto a nivel cutáneo como a nivel sistémico.

Para evitar riesgos mayores, es aconsejable no tomar sol entre las 10:00 de la mañana y las 4:00 de la tarde; usar filtro solar aplicado en la piel con factor de protección mínimo de 30 SPF y retocarlo cada dos horas, sin importar que ya no esté en la playa o la piscina, aunque la recomendación de los dermatólogos es que cada bloqueador debe tener el mayor factor de protección contra el sol. Este debe ser aplicado cada tres o cuatro horas sobre las partes del cuerpo expuestas. También existen nuevas fórmulas de protectores solares que agregan productos antioxidantes que benefician la piel.

En cuanto a los bloqueadores en spray, los especialistas sostienen que estos productos son útiles, pues son de fácil aplicación y se pueden esparcir de forma rápida. Por otro lado, están los protectores en gel, que son recomendables para las personas con piel grasa.

Otras medidas recomendadas por Cochón Aranda son utilizar sombreros de ala ancha y lentes de sol para cuidar también  los ojos. En cuanto a los niños, es mejor no exponerlos al sol si son menores de dos años de edad porque su piel es muy sensible.

¿Cómo cuidar de tu piel?

La función de la piel es proteger el cuerpo de las agresiones externas como el frío o el calor. Por este motivo, debes cuidar de ella y mantenerla en buen estado durante todo el año. Cuando el sol es mucho más potente y el calor se intensifica, es cuando la gente tiende a estar expuestos al aire libre por mayor tiempo, por lo que se debe ser más cuidadoso y no olvidar las recomendaciones de los expertos.

Además de las indicaciones del médico, también puedes optar por algunos remedios caseros, con los cuales puedes aliviar el malestar. Por ejemplo, aplicar  sábila o aloe vera sobre la piel quemada ayuda a bajar la temperatura y a regenerar la misma, pues  su acción analgésica te mejorará y evitará que te queden marcas. Lo puedes hacer directamente sobre la piel afectada o hacerlo con una gasa. La manzanilla también es considerada un remedio natural para la piel afectada, con la cual puedes hacer una infusión y cuando enfríe, la aplicas con algodón en la zona afectada.

Otra opción es la miel. Esta se destaca por sus propiedades antibacteriales que ayudan a sanar las heridas. Su aplicación también ayuda a que crezcan nuevas células de la piel epitelial. Con la aplicación de estos remedios caseros y las recomendaciones de los especialistas te podrás recuperar en unos cuantos días. Pero lo ideal sería que no llegaras a estos extremos.

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