LAS VEGAS, NEVADA (EE.UU.). La madrugada del pasado domingo, en el emblemático hotel MGM de esta ciudad, Floyd Mayweather Jr. escribió una nueva historia (positiva) para su gloriosa carrera de boxeador profesional.
Mayweather, como lo volví a vaticinar, dio una nueva cátedra de boxeo al derrotar al fogoso púgil argentino Marcos Maidana.
Con este contundente triunfo el talentoso peleador nativo de Detroit, y ya con casi 38 años, mantuvo su invicto (46-0, 26 nocauts).
Pero, además, sumó otro campeonato universal, porque ahora es doble monarca welter con el aval del Consejo Mundial de Boxeo y la Asociación Mundial de Boxeo.
Asimismo, ratificó lo que la mayoría de los especialistas afirman: Que es el mejor boxeador del mundo onza por onza.
Pero debo dar este apunte: de nuevo un juez (¿?) de boxeo mete la pata y deja ver su ineptitud.
Me refiero al señor Michael Pernick quien dio una votación que dejó absortos a todos los periodistas…este señor votó empate (114-114).
Los otros dos oficiales, Burt Clements y Dave Moretti, anotaron en sus cartulinas 117-114 y 116-112, respectivamente. Mi tarjeta marcó 117-111 a favor de Mayweather.
Michael Pernick, con su mostrenca tarjeta, emuló a otra inepta, Chintya Roos, quien en la pelea Mayweather-Canelo Álvarez -pese a victoria amplia del estadounidense- tuvo una votación igual: 114-114.
Absoluto dominio
Mayweather Jr. tuvo de frente a un guerrero. Porque sin dudas que Marcos Maidana es un espartano peleador.
Hizo lo imposible, con su boxeo agresivo, intenso y sin nunca dar tregua, para salir por la puerta del triunfo. ¡Pero no pudo!
Maidana, pese a su calidad -que nadie debe negar- no pudo neutralizar el científico boxeo de Mayweather.
Como lo expuse en mi análisis previo al combate: “sorpresa no podía vencer al talento”.
El talento de Mayweather se impuso a una posible “sorpresa”, o a un golpe de suerte. Ganó el mejor. Casi siempre la técnica se impone sobre la fuerza bruta.
