Les transmito información del Reporte 2014 de Salud y Nutrición de la Universidad Tufts. Se asevera que lo que es bueno para su corazón es bueno para su cerebro, y que la nutrición es esencial para una sana longevidad. El cerebro demanda por lo menos un 20% de los nutrientes y del oxígeno de la sangre. Si su corazón no trabaja óptimamente su cerebro sufre. Un estudio publicado en 2010 ilustra la relación corazón-cerebro. Las personas con mayor volumen del flujo de sangre del corazón tienden a tener un volumen mayor del cerebro, un signo de cerebros más sanos.
La aptitud o acondicionamiento físico en la edad madura ayuda a predecir el desarrollo de demencia senil. Se hizo un estudio, seguido por 24 años, en 20,000 hombres y mujeres con una edad promedio de 50 años. Los investigadores midieron su aptitud física usando una prueba de esfuerzo con treadmill, y clasificaron a los participantes en 5 categorías. Durante el curso del estudio se reportaron 1659 casos de demencia. Los que tenían el mayor nivel de aptitud física en su edad media tuvieron un 36% más bajo de riesgo de desarrollar demencia en el curso del estudio. Estos hallazgos persistieron aun cuando los investigadores tuvieron en cuenta los previos ataques cerebrales, lo que significa que una mejor aptitud física puede proteger contra la demencia aun en las personas con historia previa de hipertensión arterial o trastornos del cerebro que puede contribuir a una función cerebral anormal.
Las enfermedades cardiovasculares y la demencia comparten factores de riesgo comunes: colesterol elevado, obesidad, diabetes tipo2, alta presión arterial, inflamación crónica y hábito del tabaco.
