Heroínas de la maternidad

La experiencia de ser madre siempre dibuja una sonrisa de felicidad plena en el rostro de toda mujer, pero repetirla en 15 ocasiones como la señora Aurora Núñez, que tiene 15 hijos, 7 varones y ocho hembras, o el caso de doña Haydeé Tejada que…

La experiencia de ser madre siempre dibuja una sonrisa de felicidad plena en el rostro de toda mujer, pero repetirla en 15 ocasiones como la señora Aurora Núñez, que tiene 15 hijos, 7 varones y ocho hembras, o el caso de doña Haydeé Tejada que dio vida a 13 retoños, 9 hombres y cuatro mujeres, es excepcionalmente gratificante.

Por motivo del Día de las Madres, que se celebrará el próximo domingo, estas heroínas de la maternidad comparten sus experiencias de tener una familia numerosa, los retos que implica y la satisfacción que genera. También expresan sus puntos de vista sobre los retos que tiene la crianza de los hijos en el presente.

“Lo más lindo del mundo es decir que tengo 15 hijos”
Doña Aurora tuvo su primer hijo a los 17 años y corría el 1958 en una lejana comunidad de Loma de Cabrera, en Dajabón y el último a los 39, en el 1981.
“Porque a los seis meses de tener uno ya estaba embarazada del otro. Pero lo más lindo que yo me encuentro es cuando me preguntan cuántos hijos tengo y yo respondo, quince”, expresa.  Sostiene que la mayor preocupación para toda madre es la salud de sus hijos. “Pero mis hijos fueron una bendición no se enfermaban porque yo los cuidaba bien y le daba el seno hasta que podía porque la leche de la madre es una medicina para los hijos”, afirma.

Comparte que otro tema que le preocupaba era el nombre que le pondría al siguiente vástago “porque a mí los del Almanaque no me gustaban”. “Siempre mi esposo salía y conocía alguna persona con un nombre y si le gustaba me decía y así, pero después a los más chiquitos eran los hijos más grandes que le ponían el nombre y a mucho le pusimos de la Biblia”, recuerda.

“A veces se me cambian los nombres y por llamar a uno digo el nombre hasta de cinco, pero eso sí, conozco hasta la pisada de cada uno, por el caminar sé cuál es y también por el olor, cada uno tiene su propio aroma”, expresa.

Cuenta que al momento de servir la comida no tenía mayores problemas. “Gracias a Dios mi esposo fue un hombre que trabajó mucha agricultura y producía todo lo de la casa y yo también trabajaba mucho y todo lo que se cocinaba se producía y eran fondos de comida y se la daba a toditos iguales”, relata.

Expresa que en los tiempos difíciles la unidad reinaba en la familia. “Mi familia es muy unida y por eso le doy gracias a papá Dios, mis hijos todos son buenos ninguno me ha traído problemas a mi casa y esa es mi mayor riqueza porque yo lo digo, la riqueza no está en el dinero” subraya.

Cuenta que su esposo enseñó a sus hijos a trabajar y que así los más adultos ayudaron en el sustento de los más pequeños y que las hembras ayudaron en el cuidado y los quehaceres de la casa.

Su comparación de la crianza entre la actualidad y los años que le tocó formar sus hijos, dice que observa muchas diferencias y no duda en afirmar que criar en los nuevos tiempos es una tarea mucho más difícil.

“Yo digo que el ejemplo es todo para uno criar, su papá solo era un hombre de trabajo y de su familia y yo una mujer de mis hijos, de mi casa y de trabajo y así son mis hijos también”, puntualiza la dama.

Cuenta que entrada en la edad de adulto mayor contemplaba junto a su esposo, ya fallecido, la bendición de su extensa familia. “El me decía que la riqueza de su vida eran sus hijos y se sentía tan orgulloso que me decía que debimos tener más y es verdad, yo creo que son pocos”, concluye.

Doña Aurora tiene 42 nietos y siete biznietos a los 72 años y no oculta su regocijo cuando piensa que para el Día de las Madres “mi casa se florece de hijos, nietos y biznietos”.

“La felicidad más grande es ver mi casa llena de mis hijos y nietos”
Doña Aydeé comenzó la maternidad a los 16 años y concluyó a los 32. “Yo comencé bien joven, ya a los 16 años tuve uno y fueron todos, uno detrás del otro, todos los años uno”, refiere.

Es oriunda de Boca Canasta, Baní, de la provincia Peravia y emigró a San Cristóbal donde nacieron sus últimos hijos. La señora que ahora tiene 62 años, cuenta que en un momento se le agotaron las fuentes para nombres de sus hijos y que por eso acudió a la Biblia para nombrar los últimos.

“Yo solo me acuerdo de la fecha de nacimiento de algunos, pero se me olvidan la de otros, la fecha y el mes y eso se me olvida, pero lo que no se me olvida es el momento del nacimiento de cada uno, eso no se me olvida”, expresa.

Cuenta que para criar a sus hijos atravesó por momentos difíciles porque su esposo quedó sin empleo. “Pero nos fajamos entre los dos, yo hacía 17 calderos de arepa todos los días para vender y entre mi esposo y los más grandes la vendían y así criamos nuestros muchachos. Hoy día son todos muy buenos, mis muchachos son buenos todos”, señala.

Doña Aydeé se sintió bendecida desde el primer momento porque ninguno de sus hijos sufrió problemas de salud. “Yo tuve muchos hijos porque Dios mandó a uno a tener hijos, pero después me preparé porque ya tenía miedo de parir”, relata. Sobre los celos que en ocasiones sienten los hijos por el amor de sus padres, la dama afirma que todos los hijos se aman con la misma intensidad porque el corazón no conoce diferencias.

Cuenta que algunas personas le han preguntado sino si olvidó alguno de sus hijos en su rutina diaria como servir la comida o bañarlos. “Que va a mi no se me olvidó ninguno, nunca”, asegura.

Tiene 34 nietos y cuatro biznietos. “Cuando llega el Día de las Madres yo solo me siento feliz cuando veo que llegan todos mis muchachos y mis nietos, esa es una cosa demasiado bonita, todos juntos en la casa, es una emoción que nadie se la imagina, hay que vivirla”, expresa desbordada de felicidad.

Diferencias entre el hoy y el ayer

Ambas damas coinciden en lo difícil que es en estos tiempos que las familias sean tan numerosas, no por las limitaciones económicas, sino “porque los tiempos han cambiado” y criar dos hoy es más difícil que antes.

Entre los principales puntos negativos, observan el bombardeo de ejemplos negativos para el desarrollo y formación adecuadas de los niños. Observan que lo primero que afecta esa situación son los valores morales.

“Pero la Biblia lo dice, que habrá un tiempo que no habrá hijo para padre, ni padre para hijo y en las familias de hoy día eso se ve”, expresa doña Aurora.
Aydeé observa que antes el dinero no era lo más importante en la vida de la familia y que lo poco que había se compartía y eso generaba felicidad.

Igual
“Algunos se ponen celosos pensando que  quiero unos más que otros, pero no, todos los hijos se quieren igual”, dice Aurora.

Inigualable
“No hay nada más hermoso que tener tus hijos, y que sean gente de bien, eso no tiene comparación”,  sostiene  Aydeé.

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