Reacción saludable

Dejarme arrastrar por la incomodidad y la rabia, en medio del tapón del martes, no me hubiera permitido ni dejar a tiempo a mi hija en la universidad ni yo arribar al trabajo en hora. Cuanto hubiera conseguido es cargarme de energía negativa, perjudicando innecesariamente mi ánimo y desempeño general, induciendo –por efecto del enojo-, problemas como dolor de cabeza, malestares digestivos u otros. No es una ligereza insistir en habituarnos a reaccionar ante las contrariedades con el expreso propósito de apuntalar nuestra calma y paz internas, aun el ambiente motivare a agitarnos y descontrolarnos. Es una regla de oro para nuestro bienestar, máxime perteneciendo a un país con permanente conflicto latente como el nuestro.