Traer la política de vuelta

Recientemente participé del espacio Aula Democrática, organizado por el Consorcio de Educación Cívica de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), en el cual se llevó a cabo un interesante debate sobre los desafíos de la democraci

Recientemente participé del espacio Aula Democrática, organizado por el Consorcio de Educación Cívica de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), en el cual se llevó a cabo un interesante debate sobre los desafíos de la democracia en la República Dominicana. La pobreza y la inequidad social, fruto de la desigual distribución del ingreso y de las políticas económicas desacertadas, se identificaron como los problemas fundamentales que tiene la democracia en nuestro país. Junto a estos, destacan otras limitaciones como la debilidad institucional y la imposibilidad de avanzar en un real Estado de derecho.

En tal sentido, si bien se reconocen los avances alcanzados en algo más de 30 años de democracia, los mismos son todavía insuficientes. Aún tenemos una democracia de mínimos, elecciones y ciertas libertades civiles, en la que no se alcanzan a resolver los profundos déficits más arriba señalados. Esto se debe en gran medida a que se ha perdido la razón de ser de la política y a que los políticos, han renunciado a su propósito último de poner su liderazgo al servicio de una sociedad más justa. El sentido de la política hoy, es el ejercicio del poder para perpetuarse en la conducción del Estado y para, amparado en la impunidad, acumular riquezas mal habidas.

La devaluación del quehacer político y el consecuente deterioro de la democracia, encuentra a una ciudadanía despolitizada, es decir, no interesada en las injustas relaciones de poder que existen en el país. Ciudadanos desmovilizados, es una condición ideal para que los oportunistas de la política se salgan con las suyas. El descontento con la actuación de los políticos, ha llevado al desencanto y al rechazo de la política en su sentido más amplio, a saber, el compromiso social para transformar lo público. Bajo esta situación, es difícil superar problemas como el de la pobreza, pues es desde la política que se pueden superar los grandes males de la sociedad.

Promover un compromiso político y una gestión pública que apueste a la igualdad y al ejercicio pleno de los derechos fundamentales es, a decir de Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL, traer la política de vuelta. Esta es la mayor exigencia de la democracia dominicana. Por lo tanto, los hombres y mujeres que militan en los partidos deben hacerlo desde la postura ética de la política como servicio. Mientras que los ciudadanos, venciendo el temor a la política, deben ser capaces de participar y demandar que quienes ejercen el poder, lo hagan en defensa de los intereses de la colectividad.

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