¡Hechura Divina!

No te preocupes por las críticas que como ráfagas callejeras se cuelan por las esquinas abofeteando cualquier punto de vista favorable a ti, las frágiles perspectivas de quienes nunca han sudado tus zapatos no merecen que agotes tu tiempo ponderándolas, ¡lo mejor es lo que llevas por dentro! Ese oro que se refina con el fuego de cada prueba. Entiende que, aun cuando experimentamos impotencia, surgen desde el fondo del espíritu humano, calidades extraordinarias que revelan nuestro ADN divino. No somos el balance negativo de nuestras posibilidades, somos hechura de Dios, sus capacidades han sido incubadas en cada célula viviente. Por ello valórate, de tus peores momentos emergerán tus mejores cualidades. ¡Aquello por lo que los hombres osaron descalificarte, es justo por lo que Dios te calificará!