Can’t Take My Eyes off You, la oirá al final, es la canción más conocida de Frankie Valli y el grupo musical pop rock Four Seasons. Y así mismo se divide el filme, en cuatro estaciones-episodios, cada uno contado por sus respectivos protagonistas ante la cámara, un muy usado manierismo rompiendo con la cuarta pared, lo que es una buena táctica para seducir al público al tiempo que le permite contar la historia desde diferentes ángulos. El título remite al nombre de la ciudad de donde es oriunda la mayoría de los integrantes del grupo. La trama de la historia inicia con Frankie en el 1951, cuando es un inexperto barbero, y es cuando conocemos su voz con timbre característico. Posteriormente conocemos el pasado de otros dos como pequeños mafiosos. Es así como el filme es más una muestra de la trayectoria de sus personajes y lo que hacían antes de formar el grupo. Por supuesto, con la obvia intención de ir cambiando el foco de personajes principales y mostrar cierta tridimensionalidad.
La cinematografía descansa sobre el género musical. La composición se acerca más al estilo hindú con inclusión de canciones completas, una decisión arriesgada porque puede parecer cansón debido a la ralentización del ritmo. No obstante, debe seducir el gusto de los amantes del rock y de esas canciones.
Destacarse merece el tratamiento, que no persigue endiosar a los Four Season, se vuelca en presentar vicios y virtudes, desdichas, drama, éxitos, miserias humanas, todo un tinglado de dramas personales para hechizar al espectador.
Eastwood muestra así su inclinación por historias verdaderas para cautivarnos, por un lado, y por otro para mostrarnos pedazos de tradiciones que nos hacen reflexionar, en este caso, parte de la melancolía que producen canciones y grupos de rock para presentarnos un análisis sobre la movilidad social y los orígenes oscuros de los rockstar. Una estrategia muy peculiar de Scorsese y el filme mismo tiene esa atmósfera de los filmes de Scorsese. Por tanto, se aleja del hedonismo y en su lugar modela una trama basada en desventuras personales que rebaten la imagen del ‘sueño americano’. No en plan pesimista y sí en rol de observación del sentimentalismo que mantiene la evocación de un pasado y de una época en que se supone USA era un paraíso.
HHHH Dirección: Clint Eastwood. Guión: Marshall Brickman y Rick Elice. Duración: 138 minutos.
