Mitomanía, un serio problema que no tiene clase social

La mitomanía, también conocida como pseudología fantástica, es un trastorno psicológico que consiste en mentir de forma patológica.

La mitomanía, también conocida como pseudología fantástica, es un trastorno psicológico que consiste en mentir de forma patológica. Es un trastorno infrecuente que puede asociarse a otras anomalías, como la psicopatía o el trastorno histriónico de la personalidad.

Las personas con este padecimiento adoptan una posición que les hace parecer más importantes, afortunadas, ricas o inteligentes porque quieren impresionar y que los demás les acepten y les respeten. El problema estriba en que no es habitual que los afectados busquen tratamiento psicológico, el cual requiere siempre de la colaboración activa del paciente.

La psicóloga Olga María Renville, del Centro Psicológicamente, dice que cuando mentir se transforma en un hábito que se realiza de manera compulsiva, se está entonces, frente a un mitómano. Este se caracteriza por su incapacidad para controlar aquello, que ya ve como una necesidad: mentir.

La especialista explica que utilizar la mentira suele ser una conducta aprendida desde la infancia, y que, en ocasiones es utilizada por los niños por temor al castigo, y en la adolescencia, con el fin de ser aceptados por el grupo de referencia, que son los amigos en esta etapa.

Explica que el mitómano suele alterar la realidad, tejiendo una telaraña de inventos a su alrededor, sin medir las consecuencias que esto puede traerle en sus relaciones familiares y laborales. “En ocasiones esta conducta y la necesidad de distorsionar la realidad puede llevarle hasta situaciones legales en el peor de los casos. Por eso, es que los especialistas insistimos en lo importante que es prestar atención al problema desde la infancia”, comenta la experta.

Resalta que cuando una persona mitómana asume sus mentiras de manera persistente y desproporcionadas, muchas veces de manera no consciente, entonces se está frente a una patología o trastorno psicológico grave.

De grandes gestas a grandes dramas

La mitomanía es un problema que afecta a personas con un nivel de autoestima muy bajo, según Renville, quien señala que muchas personas mienten para sentirse importantes y porque carecen de recursos para comunicarse bien con los demás. Es su forma de llamar la atención, a través de la exageración o de la invención de historias o anécdotas adoptan una posición que les hace parecer más importantes.

Los mitómanos buscan aumentar su nivel de autoestima con la mentira. Muchos no persiguen un beneficio económico, sino que saben que mienten y disfrutan con ello. Les encanta engañar a personas que son más importantes o inteligentes que ellos. “Puede haber varias razones para que una persona se convierta en mitómana, una de ellas es que sea la única forma de llamar la atención o de destacar.

Otras veces es un comportamiento habitual que empezó como un recurso para salir de un apuro o conseguir algo. Si es reiterativo y se constata que funciona ante los demás, se convierte en hábito. Algunos grandes mentirosos, como los timadores, son modelos para quien quiere lograr algo de manera rápida y sin esfuerzo. El objetivo de los mitómanos es ser el centro de atención de su auditorio. Por este motivo, eligen como tema de sus mentiras grandes gestas o grandes dramas personales. Es decir, buscan la atención a través de la admiración o la compasión de los demás. En las variedades más habituales se exageran las cualidades personales, se atribuye la suerte de conocer o tratar a personas importantes, de presenciar o participar en acontecimientos únicos o extraordinarios, “sean reales o imaginarios”, o de inventar un historial académico, profesional o artístico impresionante. En otros casos se exageran hasta el drama, acontecimientos que para otras personas pueden ser normales, como contratiempos cotidianos o roces de poca importancia con compañeros de trabajo.

El tratamiento es urgente

Renville asegura que muchas personas que padecen este trastorno suelen intentar apartarse de este hábito negativo. Sin embargo, en la mayoría de los casos, los afectados requieren de ayuda profesional, así como también de una sólida red de apoyo compuesta por las personas que le rodean, principalmente su familia. “Brindarle apoyo es fundamental para ayudarle a superar este trastorno. La persona, a través del proceso terapéutico aprende a asumir la realidad, y con ejercicios, llega a comprender que no es necesario mentir para ser aceptada”, dice. El tratamiento de la mitomanía requiere ayudar a la persona a indagar sobre su historia y los aspectos de la realidad que le motivaron a crear sus fantasías, de igual modo motivarles a elaborar historias basadas en la realidad. “Claro, primero es importante establecer que no podemos confundir a una persona que haya mentido solo en algunas ocasiones, con una mitómana. En ambos casos, asegura la psicóloga Olga María Renville, la mentira nunca es un recurso saludable para enfrentar o resolver situaciones, y tampoco debe ser utilizada para ser aceptados o amados por alguien.

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