Zona franca de melones prospera en San Pedro de Macorís

San Pedro de Macoris.- En República Dominicana, cuando se habla de zona franca es común que la gente piense en textiles, calzados y hasta hace unos años en productos médicos. Sin embargo, existe una serie de empresas dedicadas…

San Pedro de Macoris.- En República Dominicana, cuando se habla de zona franca es común que la gente piense en textiles, calzados y hasta hace unos años en productos médicos. Sin embargo, existe una serie de empresas dedicadas a actividades de tipo agrícola y agroindustrial que trillan cada día el éxito.

La empresa Melysol, SRL, es una de ellas. Se inició en el cultivo de melón hace 20 años en San Pedro de Macorís, se incorporó al régimen de zona franca especial en 2005 y a partir de la experiencia vivida sus ejecutivos concluyen que ha valido la pena. Cuando una empresa opera como zona franca se beneficia de facilidades establecidas por ley, en términos, por ejemplo, impositivo. Las operadoras de zonas francas y las empresas establecidas dentro de ellas, están protegidas bajo el régimen aduanero y fiscal, según el artículo 24 de Ley 8-90, sobre Fomento a las Zonas Francas.

La finca donde están sembrados los melones actualmente es de 12 hectáreas, es decir, 192 tareas, de las cuales cuatro hectáreas(64 tareas) están en plena producción. Esas cuatro hectáreas generan cada una aproximadamente 25 toneladas, según Yeurys Cuello Aristy, técnico del proyecto. Una hectárea equivale a 16 tareas. La empresa, vista de manera total tiene 3,000 tareas, es decir, que por el momento 2,808 tareas están ociosas, en proceso de preparación para la temporada alta.

El costo de producción del melón por hectárea ronda los RD$500 mil, calcula Gregorio Espinal, otro de los especialistas en agronomía que laboran en la empresa de capital francés. En la temporada baja, como solo se siembra melón para el mercado local, no para el exterior, el personal se reduce, pero en todo caso, entre 30 y 50 personas tienen trabajo asegurado en ese tiempo.

Conforme va subiendo la temporada se contrata una mayor cantidad de empleados para las labores de los distintos procesos de la empresa. En temporada alta, en sentido general, se emplean entre 100 y 120 personas solo en el área de campo. Hay que calcular que la empresa agota otras etapas en la nave o planta que posee, entre ellas, selección de la fruta que va para el mercado internacional y la que se comercializa internamente, empaque, maquinistas, en el área de cómputos, contabilidad y puntos vitales del negocio.

La finca-empresa cuenta con la certificación GlobalGAP, lo que indica que la actividad que realiza cumple con un conjunto de normas agrícolas reconocidos internacionalmente que la incluyen dentro de las “buenas prácticas de agricultura”. A través de la certificación, el productor demuestra su adherencia a las Normas GlobalGAP y eso a la vez constituye una garantía para consumidores y distribuidores. Significa que los alimentos alcanzan niveles aceptables de seguridad y calidad, y han sido producidos sustentablemente, respetando la salud, el bienestar de los trabajadores y el medio ambiente.

En general, existen muchas variedades de melón, pero la que cultivan en la finca Melysol es la charentais. A nivel mundial otros tipos cultivados son: cantalupo, cantalupo italiano, western shipper, eartern shipper, amarillo, piel de sapo, melón de oro, honey dew, tendral, ananas, galia, crenshaw y earl japonés. Desde que la planta de melón se coloca en la tierra hasta que se realiza el primer corte transcurren entre 58 y 60 días, es decir, dos meses, indican los expertos.

“Tenemos que resaltar el apoyo que hemos tenido para que el proyecto sea exitoso del Consejo Nacional de Zonas Francas de Exportación”, dice Christine Guigal, la encargada de Comercialización y Exportación de Melysol, cuando aborda el tema con un equipo de elCaribe que se trasladó a San Pedro de Macorís para conocer la finca. Melysol exporta el 80% de lo que produce. Otras empresas de zona franca en el país se dedican a procesar y empacar frutas y vegetales, al cultivo de plantas ornamentales, a la elaboración de abono y a la producción de vegetales frescos.

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