De Trujillo a la democracia, de Victoriano Féliz

Una inquietud palpita en cada página de la investigación historiográfica De Trujillo a la Democracia, publicada hace poco por el veterano periodista y escritor Victoriano Féliz. Se trata de la permanente necesidad de advertirles a las generaciones&#82

Una inquietud palpita en cada página de la investigación historiográfica De Trujillo a la Democracia, publicada hace poco por el veterano periodista y escritor Victoriano Féliz. Se trata de la permanente necesidad de advertirles a las generaciones presentes sobre los peligros que corre la libertad, cuando con excesos pseudodemocráticos es convertida en libertinaje, anarquía e irrespeto al poder legalmente constituido.

Féliz, nacido en Cabral, Barahona, se inicia en el periodismo en 1959, precisamente en La Voz Dominicana de Petán Trujillo, sitúa correctamente los orígenes de la Dictadura Trujillista en la Ocupación Militar Norteamericana del 1916, en cuyas filas se forma quien dispusiera a su capricho durante 31 años de la libertad de todos los dominicanos.

La inmadurez, junto a las aspiraciones extemporáneas y desmedidas del liderazgo predominante tras la salida de las tropas norteamericanas en 1924 allanaron el camino a Trujillo, abriéndose paso entre los cadáveres de los políticos que jugaban a la democracia sin respetar las reglas del juego democrático.

El autor no comete el error de muchos investigadores que tratan de contar la historia de la Dictadura sin profundizar en sus orígenes, descargando toda la responsabilidad sobre el perro soslayando al amo todopoderoso que lo prohijó, lo alimentó y, ya convertido en objeto desechable, facilitó su decapitación.

Obras como  De Trujillo a la Democracia, de Féliz, van por el camino de otra reeditada recientemente: De Lilís a Trujillo, de la autoría de Luis F. Mejía, en la que se establece cómo el exceso de democracia conduce a la tiranía.

Son reflexiones  sustentadas en datos precisos, contrastables con las publicaciones  de la época en que se produjeron los hechos históricos. Y es que el personaje Trujillo, el dictador, tuvo sus causas y a la vez fue consecuencia, cuyo malestar aún se encuentra entre los puntos oscuros a combatir tras más de 50 años de su desaparición.

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