Ser libres

En marzo 28 de  1865, menos de dos semanas antes de la capitulación del General Robert Lee, que finalizó la guerra civil, el Presidente Abraham Lincoln se reunió con  Ulises Grant, General en Jefe del ejército, el Mayor General William T. Sherman&#8

En marzo 28 de  1865, menos de dos semanas antes de la capitulación del General Robert Lee, que finalizó la guerra civil, el Presidente Abraham Lincoln se reunió con  Ulises Grant, General en Jefe del ejército, el Mayor General William T. Sherman y el Almirante David Dixon Porter, a bordo del barco River Queen, anclado en City Point, en Virginia.

Esta reunión ha sido descrita como un  intercambio de ideas, entre los hombres que tenían en “sus manos el destino de (su) nación.” El peso de la conversación la llevaron Lincoln y Sherman, mientras Grant intervenía ocasionalmente y el Almirante Dixon Porter tomaba notas. Finalmente, Lincoln instruyó a Sherman que otorgara los “términos más generosos y honorables,” para terminar la guerra en el sector sur, donde avanzaba causando una vasta destrucción.

Debemos señalar, como hecho anecdótico, que en el 1868, el pintor George P. Healy inmortalizó este encuentro en un lienzo que llamó Los Pacificadores, que se exhibe en la Casa Blanca. Pero de mayor relevancia para nuestra historia es que uno de los cuatro participantes había sido testigo de nuestra independencia, pues viajó a nuestro país en 1846, cuando era el teniente Dixon Porter.

Porter llegó a la ciudad de Santo Domingo el 6 de mayo de 1846, a bordo del bergantín Porpoise, enviado por el Presidente Polk, para obtener información que le permitiera decidir sobre el pedido de reconocimiento de la nueva república por parte de los Estados Unidos. Probablemente, el joven oficial fue seleccionado  para esta misión por su dominio del español, que aprendió en México y Cuba.

Al presidente Santana le sorprendió el motivo de la visita del oficial, pues consideraba que las informaciones ya habían sido enviadas con el Sr. W. Hogan. Sin embargo, reaccionó con sentido práctico y ordenó que se le dieran las informaciones y el apoyo necesario para llevar a cabo su misión. Una escena que nos resulta memorable consiste en los ejercicios militares, ejecutados a beneficio del visitante, por parte de las tropas dominicanas, de la que Porter dijo que no se parecían a los “veteranos de Waterloo o a la Guardia Imperial de Napoleón,” efectuados frente a la “puerta donde está la torre de Colón, una hermosa estructura y un resto interesantísimo de la antigüedad”. “Oficiales de complexión blanca, mulata y negra se mezclaban indiscriminadamente …(sin) distinción ninguna de color.” En muchos “casos faltaban los zapatos y los codos sobresalían de más de una de las mangas” … Y sin embargo, apuntó Porter, “se me dijo que son valientes y sufridos, respetuosos y obedientes a sus oficiales; morirán defendiendo su recién ganada libertad…” Cada generación tiene un compromiso con la libertad ganada por el sacrifico en la pobreza, para mayor grandeza, de hombres que dieron sin pedir, contrario a lo que ocurre ahora. ¿Será posible mantenernos libres?

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