Luego del matrimonio, las parejas desean apartarse del estilo de la casa materna y encontrar uno propio que vaya acorde a su personalidad.“El que se casa, casa quiere”, así reza un viejo adagio popular, y no puede ser más cierto. Contar con una casa, ya sea propia o alquilada y aventurarse a amueblarla para convertirla en la base de su familia, es todo una aventura para los recién casados.
Según la experta Kirsys Mejía, arquitecta interiorista y propietaria de la tienda Gaby Rose, lo primero que hay que tomar en cuenta son las preferencias y necesidades de ambos integrantes de la pareja, determinar qué estilos y colores prefieren y qué cosas definitivamente no son de su agrado.
“Trabajar bajo la norma de un presupuesto es de suma importancia, así pueden establecer prioridades y cuidar la armonía”, explica. El diseño puede irse integrando de a poco, no es necesario tener toda la casa terminada de una sola vez, juntos pueden ir armando las áreas más importantes como la habitación principal, que es donde van a compartir más tiempo. Allí deben definir el tamaño de la cama y tomar en consideración un espacio para la conversación y el compartir. El siguiente paso de importancia es definir la sala, la cocina y el comedor, buscar muebles que se adapten a los lugares de la casa, que guarden proporción con el espacio disponible.
Los complementos para decorar el nuevo hogar son piezas claves, pues hay que armonizar con cortinas, lámparas, cuadros y alfombras. Kirsys asegura que la tendencia actual es bien ecléctica y permite conjugar gustos y diferentes estilos. Se pueden combinar piezas antiguas con jaulas, jarrones en tonos metálicos y cristales.
