Uno de los principales símbolos religiosos de esta ciudad es la Catedral Santiago Apóstol El Mayor, un hermoso templo que conjuga diversos estilos arquitectónicos, como republicano, neogótico y neoclásico, erigido en el mismo centro histórico.
La antigua Iglesia Parroquial Mayor de Santiago fue edificada entre los años 1868 y 1895, siendo testimonio de los dramáticos sucesos de aquellos años convulsos de nuestra historia.
El presbítero Carlos Manuel Santana relata que esta catedral fue erigida en el mismo terreno que ocupaba la antigua iglesia de mampostería y paja, destruida por el terremoto de mayo de 1842.
El vicario de la catedral cuenta que los trabajos de edificación del templo parroquial mayor se desarrollaron en varias etapas, siendo la última de ellas dirigida por el maestro santiaguense Onofre de Lora, con la intervención de los ingenieros Thomasset y Federico Llinás.
“Siguiendo las disposiciones litúrgicas de la época, la iglesia se encuentra orientada de Este a Oeste. Consta de un solo cuerpo dividido en tres naves. Mide doscientos doce pies ingleses de largo, desde el fondo del presbiterio hasta la puerta mayor, que mira al Oeste; y de ancho tiene ochenta y un pies también ingleses”.
Además, la edificación posee dos torres en la fachada, una de las cuales alberga el campanario. La monumental cúpula del ábside, evoca la de Santa María del Fiore, en Florencia, obra de Brunelleschi, expresó el padre Carlos, al hablar de las características de la iglesia.
Su bendición se llevó a cabo el 21 de enero de 1895, por monseñor Fernando Arturo de Meriño, y fue consagrada el 24 de abril de 1993 por monseñor Juan Antonio Flores Santana.
El templo católico, que es el principal de Santiago, fue elevado a sede metropolitana el 14 de febrero de 1994 por el beato papa Juan Pablo II, de acuerdo a lo relatado por el sacerdote.
A lo largo de su historia, el templo catedralicio ha sido intervenido en varias ocasiones, tanto para reparar los daños causados por terremotos y otros fenómenos naturales, en diversas épocas, como por el deterioro propio del paso de los años.
La primera intervención, de acuerdo a los datos suministrados por el padre Carlos Manuel Santana, data de 1898, la cual tuvo lugar a raíz de los daños ocasionados por el terremoto del 29 de diciembre de 1897. En esa ocasión fueron reforzadas las paredes altas con grandes estribos de hierro, cuyos trabajos estuvieron a cargo del ingeniero Luis Bogaert.
Para el 1917, se reconstruyó la cúpula y se repararon los techos de la nave central y los campanarios, los cuales habían sido considerablemente dañados por el bombardeo del 30 de marzo de 1914, en el llamado “sitio de los comeburros”.
“En la intervención de 1936 se cambió el aspecto de la fachada, sustituyendo algunos elementos decorativos, tales como los arcos de medio punto de los dinteles, puertas y ventanas, por arcos ojivales, propios del estilo gótico, dándole un aspecto “gótico florentino”, tal y como podemos observar. Esos trabajos fueron dirigidos por el arquitecto Ruiz Castillo.
En tanto que a raíz de los daños ocasionados por el terremoto registrado el 4 de agosto de 1946, los muros de la catedral sufrieron serios daños, razón por la cual tuvo que ser nuevamente cerrada para ser sometida a los trabajos de reparación. Para el año 1975, le fue descubierta la ladrillería interior, despojándola del pañete que la cubría, para darle un aspecto colonial. También fue readaptado el presbiterio según las necesidades de la liturgia post-conciliar.
En la intervención del 1987 a 1993 se aportaron nuevas soluciones arquitectónicas a la catedral, dotándola, al mismo tiempo, de nuevos elementos decorativos.
“En esa época se sustituyó la cubierta de los techos de la cúpula, la nave central y los campanarios por láminas de cobre; se reforzaron las torres, se construyó la cripta de los obispos y la capilla de “los Inmortales”. Tanto la nave central como el presbiterio fueron enriquecidos con pisos elaborados en mármol de carrara; se levantó un nuevo altar, también en mármol de Carrara, así como el ambón y las repisas para el sagrario y la pila bautismal. El atrio fue decorado por un magnífico medallón en granito y diversas inscripciones en el pavimento del templo, obra del escultor Bismark Victoria”, precisa el vicario.
Aspecto actual
La más reciente intervención hecha a la Catedral Santiago Apóstol fue del 2010 al 2012, en la cual se consolida la estructura, reforzando los arcos y columnas, al tiempo de revestirlos como eran originalmente. Se dotó la nave de una cubierta permanente en hormigón aligerado, conservando, sin embargo, la tijerilla en acero galvanizado traída desde Inglaterra, en 1893.
Al mismo tiempo, el edificio sacro se enriquece con una serie de nuevos elementos arquitectónicos y ornamentales, entre los que se destacan el piso en granito, la nueva cripta para el enterrar a los obispos; el baptisterio por inmersión; las puertas en bronce, réplica de las originales talladas en madera por Gaspar Mario Cruz. También, cuatro pinturas murales con diversas escenas evangélicas; un gran vitral en el arco ojival de la fachada; nuevos retablos en las capillas laterales, así como la solución acústica y la instalación de un nuevo sistema de amplificación de alta tecnología, entre otras mejoras.
“Queda pendiente aún una tercera etapa, en la que serán aplicados elementos artísticos y de terminación, los cuales completarán el proyecto inicial, haciendo de la Catedral de Santiago uno de los patrimonios artísticos más importantes del país y del Caribe”. l
Es un punto visible de referencia
La Catedral de Santiago constituye el símbolo visible y el punto de referencia de la Arquidiócesis y de su acción evangelizadora. Como sede del obispo, es el centro de la vida espiritual, pastoral y litúrgica de la Arquidiócesis y, como tal, la sede de las actividades más importantes de la vida religiosa de Santiago. Los elementos artísticos y arquitectónicos de la iglesia son ya un libro abierto de catequesis para la feligresía y la población en general. Además de las celebraciones litúrgicas ordinarias, se realizan matrimonios, bautizos, confirmaciones y otros eventos de singular importancia. Además, la Catedral es vista como un lugar de paz y tranquilidad para todos los que acuden a sus naves en busca del consuelo que les proporciona el entrar en contacto con el Altísimo.
La Catedral es la madre de todas las iglesias, y por ello se convierte en un foco de espiritualidad y evangelización. Pero es también un espacio para la promoción de los más altos valores artísticos de la ciudad y del país, dada las obras de arte que contiene, así como también su programa de conciertos a lo largo del año.
