Sean 155 u 850 los casos que hay en el país de pacientes con tuberculosis resistente a los medicamentos, la cifra es elevada y preocupante.La directora del Programa Nacional de Tuberculosis, Belkis Marcelino, dijo que el año pasado se registraron en el país 155 casos de pacientes que presentaron resistencia a los fármacos antituberculosis. Pero el presidente del Colegio Médico Dominicano (CMD), Pedro Sing, dijo que los casos son 850.
Ya se ha hecho una tradición que cuando se trata de cifras sobre enfermedades y otros aspectos vinculados a la salud pública, los números de las autoridades y las del Colegio Médico Dominicano sean contradictorios. Y hasta es bueno que haya confrontación, en aras de que se pueda establecer la situación real.
Ahora bien, fuera de las confrontaciones normales de autoridades y el gremio médico, hay una realidad y es que la tuberculosis resistente a fármacos está presente en el país.
Un dato que pudiera servir de consuelo es el que aportó Belkis Marcelino de que la República Dominicana salió de la lista de los 10 países de América con más casos de la enfermedad con esas características.
Pero sería un consuelo de tonto hacer una comparación para decir que los vecinos están más mal. Y el resultado de esa comparación puede ser una especie de advertencia si, como en el caso actual, uno de los que todavía está en el listado de los 10 mayores involucrados en el problema, es el vecino sin frontera física.
Según cifras de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Haití ocupa el tercer lugar dentro de los 10 países de América con mayor cantidad de enfermos de tuberculosis resistente a medicamentos.
Y como República Dominicana y Haití comparten la isla, con una gran movilidad humana, esencialmente de la parte Occidental a la Oriental de la isla, la propagación de la tuberculosis es fácil, pues es una enfermedad que se transmite en el aire cuando una persona infectada tose, estornuda o transmite saliva. No es un escenario para alarmarse, pero sí para actuar preventivamente.
