Sector minero invirtió US$6,200 millones

En los últimos siete años la inversión del sector minero en República Dominicana ha sido de US$6,200 millones, con logros extremadamente positivos que motivan a seguir incentivando nuevas inversiones en esa actividad, informó ayer la Cámara…

En los últimos siete años la inversión del sector minero en República Dominicana ha sido de US$6,200 millones, con logros extremadamente positivos que motivan a seguir incentivando nuevas inversiones en esa actividad, informó ayer la Cámara Minera-Petrolera.

El presidente de la institución, José Sena, aseguró que en 2013 solo por vía de la empresa Barrick Pueblo Viejo hubo exportaciones por US$1,214 millones, generando ingresos netos para el país de US$815 millones. Y calculó que esa empresa aportó un elevado porcentaje al crecimiento del producto interno bruto del citado año.

Entrevistado en la parte correspondiente al Almuerzo Semanal del Multimedios del Caribe, Sena habló con interés sobre la importancia de la minería moderna del siglo XXI y de cómo se va moviendo esa minería, que mitiga el impacto al medio ambiente con el uso de tecnología. Y aprovechó el escenario para resaltar la impronta de las actividades mineras en la parte económica en las zonas donde se desarrollan.

El presidente de la Cámara Minera-Petrolera no llegó solo a la entrevista, lo acompañaron el vicepresidente de la organización, Luis Eduardo Díaz; la secretaria ejecutiva, Cristina Thomén, y Pedro Esteva, miembro de la institución. Cada uno acudió reforzado de datos sobre el sector del que forman parte y argumentos no les faltaron para sustentarlos. Resaltaron la importancia de que al aprovechar los recursos haya un serio compromiso desde el inicio, con un plan de cierre y pos-cierre, para que al final, cuando terminen la explotación, se puedan mitigar los impactos generados y que a la vez quede -como ganancia- el desarrollo social en las áreas circunvecinas a las operaciones mineras.

A lo que se refieren es a algo así como “colocar inversiones con las ganancias que deja la minería para cuando ésta se acabe, que haya otra cosa de que vivir”. Sus planteamientos los hacen tomando en cuenta que cuando de un lugar se saca, por ejemplo, oro, ese oro no vuelve.

Cuando José Sena detalló la inversión de cada empresa del sector calculó que entre 2008 y 2012 Barrick Pueblo Viejo colocó US$4,475 millones, mientras que entre 2010-2013 la concesión Quisqueya (que es la que tiene Falconbridge, independientemente de que hubo cierre) tuvo inversiones por US$171 millones.

Dijo que, por otro lado, hubo un arranque de la mediana minería, que pudiera ser el norte de los próximos yacimientos que podrían estar en explotación. En esa parte de la conversación citó a la Corporación Minera Dominicana (Cormidom), con una inversión de US$235 millones para producir oro, plata y cobre. Se refirió también al desarrollo del primer proyecto ambiental en América (que es básicamente una remediación del pasivo ambiental Presa de Cola Las Lagunas) en el cual se hizo una inversión de US$105 millones entre 2010-2013.

Un país de alto potencial

Las informaciones que manejan los representantes mineros indican que hay importantes hallazgos que definen nueva vez el potencial de la geología continental (dominicana) y sostienen que las empresas que están explorando, especialmente en San Juan y Santiago Rodríguez han invertido unos US$15 millones. “Esos hallazgos son importantes, que pudieran convertirse en el futuro en otros yacimientos económicamente explotables. También vemos que el sector no metálico no se ha quedado atrás, pues las inversiones en ese ramo, básicamente las cementeras, entre 2010 y 2014 es de US$1,200 millones.
Tenemos empresas nuevas, como es el caso de Cementos Panam, en San Pedro de Macorís, y Cemento Santo Domingo, en Azua”, apuntó Sena. Las actividades aluvionales (el oro que la gente consigue en pequeñas proporciones en los ríos) tuvieron mención en el encuentro de ayer. De oro aluvional el país obtiene cada año unas mil onzas.

Tomando como referencia los números del Banco Central los directivos de la Cámara Minera-Petrolera aseguran que la minería aporta cada vez más, y es un motor del desarrollo y la economía, solo superado por el sector financiero. “Hemos creado un círculo virtuoso de desarrollo económico, ya dentro de lineamientos bien claros, porque nuestras empresas cumplen las leyes ambientales”, le dijo José Sena a Héctor Marte, jefe de Redacción de elCaribe; a Sandra Guzmán, editora de El Caribe Digital; a Héctor Linares, editor de Dinero, y a Martín Polanco, redactor de esa sección. Todos estuvieron presentes en la entrevista.

Sostuvo que en la parte de explotación, que ha sido una especie de “parte negra de la industria” a nivel mundial, las empresas tienen frentes progresivos en la República Dominicana. En América, citó el ejemplo de Chile, Perú, Colombia (que está en repunte) como naciones donde la actividad tiene buen posicionamiento y aporte. “En el caso de nuestra isla completa, con una geología continental que ha alojado desde siempre grandes recursos mineros que deben ser explotados de forma sostenible y transferible, lo que buscamos siempre es aportar al desarrollo económico y social y que las empresas que conformamos la Cámara Minera Petrolera tengan las mejores prácticas mundiales en cuanto al impacto ambiental y el manejo de las aguas, el manejo de los recursos económicos y la transparencia”, indicó Sena.

En el país en los últimos meses la oposición al aprovechamiento de Loma Miranda ha sido fuerte. Sin embargo, la Cámara Minera mantiene su propuesta de que haya un diálogo, no solo por este caso en particular, sino porque entiende que hay que educar a la población en el sentido de que los recursos minerales son también recursos naturales, y como tal tienen que ser aprovechados, con el uso de tecnología y provocando el menor impacto posible al medio ambiente.

“Decimos el menor impacto posible porque todo lo que el hombre hace contamina. Mantenemos la posición de crear un gran diálogo nacional para el desarrollo de una minería sostenible del siglo XXI, que es con la que estamos de acuerdo. En esa minería debe haber transferencia de los fondos, tanto de lo que las empresas les pagan al Estado, así como que eso sea transferido y se le diga al pueblo hacia dónde van esos recursos”, argumentó José Sena.

Mientras, Pedro Esteva, que no es minero, sino que representa una empresa que da servicios al sector, sostuvo que la bondad de tener minería en el país ha traído la necesidad de proveedores de equipos grandes especializados, de tecnología GPS, y de paso permite que otros contratistas, como los que hacen las carreteras y los acueductos, entre otros, también se beneficien de esa tecnología.

Mucha demanda de especialistas

Esteva dijo que por la demanda de técnicos y operadores ha habido que invertir en relaciones con las escuelas técnico-vocacionales. “Una disponibilidad así de técnicos solo se asegura cuando uno tiene una conexión con los diferentes politécnicos que hay en el país”, sostuvo y dijo que “el politécnico piloto de ese grupo de empresas que vio esa necesidad de conseguir técnicos para apoyar la minería fue el Politécnico Loyola.

En 17 politécnicos están contratando los técnicos

“El hecho de que existan técnicos en el país es una gran ventaja, pues no hay que traerlos de otra nación”, dice Cristina Thomén. Y en otro turno que agotó ayer advirtió que en el país hay un estigma sobre la minería, en el sentido de que ésta es mala y contamina, fundamentada sobre todo en la forma antigua de ejercer la actividad.

En el pasado el antiguo Instituto Tecnológico del Cibao Oriental (Iteco), que ahora es Universidad (Uteco), impartió la carrera de ingeniería en Geología y Minas y luego eso cayó. Desde hace años se trabaja para retomarla.

Precisamente hoy habrá una actividad en esa academia, ubicada en Cotuí, con la visita de extranjeros de la Universidad de Canadá y una ceremonia con varios inversionistas de la universidad empeñados en retomar la especialización de la carrera. “Estamos trabajando tanto la parte técnica como la superior”, dijo Esteva, en otra parte de la conversación y calculó que en minería hay unos 10,000 empleos directos. En la mayoría de los casos, en las minas el sueldo inicial es de unos RD$26,500.

“Podemos juntarnos sin tener que levantar la voz”

Luis Eduardo Díaz sostuvo que el abordaje de “si es mejor aprovechar los recursos mineros o no hacerlo” puede darse en un ambiente donde no haya que subir la voz, entrarse al golpes o ver quién puede llevar más gente a una concentración. “Eso puede darse sin vernos como opositores, porque al final todos vivimos en el país y ninguno de nosotros va a venir a apoyar y a patrocinar un proyecto que al fin del día sea perjudicial para nosotros mismos”, indicó, dejando un espacio abierto para sentarse con ambientalistas, sacerdotes o cualquier persona que esté interesada en ver lo bueno que tiene la minería y los puntos que pueden trabarse para llevar los procesos sin afectar el ambiente y la vida humana.

Criticó que instituciones que históricamente están llamadas a servir de mediadoras (sobre la versión de los ambientalistas y la de los mineros) hayan tomado posiciones. Díaz aseguró que ha invitado a conversar a los ambientalistas y éstos dicen no. “Es que hay sectores que para mantener una postura a veces le conviene no tener información y no acudir al llamado”, dijo.

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