Lo mejor del filme es la forma en que se implanta el poder de unos sobre otros. Y desde el punto de vista narrativo hay un sublime desarrollo progresivo en la maniobra de posibilidades y acciones de personajes y contextos en los que no es posible determinar en qué va a parar la historia. Hay nerviosismo persistente y creciente, lo que muestra una buena estrategia del guión y de la dirección, pese a que el resultado muestra cierta ligereza en la historia al mantener un obvio camino dirigido a asombrar y conmover al gran público, lo que no consigue. Como tampoco consigue profundizar en lo que probablemente era el objetivo de la premisa: mostrar las relaciones de poder del crimen institucionalizado. Es axiomático ese estudio del poder valiéndose de la duplicación de escenas y secuencias con el fin de mostrar o explicitar contrastes conductuales escalonados entre quien manda y obedece, y a la vez, entre quien obedece y manda a otros que deben seguir el vínculo conductual del crimen organizado.
La principal locación es un bar, donde convergen todos los personajes. Y alrededor de ese bar se tejen las acciones peligrosas de crímenes y amenazas de toda índole, pero sin que el filme se apoye en escenas de acción de tiros y golpes y muertes por doquier, como suele hacerlo el cine fácil y guionistas y directores anodinos para excusar sus fallas de creatividad e irse por el lado cómodo en hacer cine sin ton ni son. El filme no es para el público que busca entretención de pasatiempo, es para gente pensante que busca este tipo de cine intimista ajustado al despliegue de la psicología de los personajes en contextos de lucha por el poder. Un tipo de cine en el que el espectador tiene que poner de sí mismo para deducir la historia y especularla en su contexto de vida en situaciones afines. El filme es imperdible por ser el último que habría actuado el difundo James Gandolfini (Los Sopranos), con un personaje bastante peculiar y decisivo en el desenvolver de escenas de la narrativa comprendida en la trama, y quien decide el futuro de otro personaje que no pertenece al mundo mafioso, pero trabaja para delincuentes en su labor de despachador del bar.l
HHH Dirección: Michaël R. Roskam. Guión: Dennis Lehane.Género: Crimen, Drama.
Duración: 106 minutos
