Algunas personas han reaccionado “sorprendidas” por la forma que seguidores de Leonel Fernández trataron a “gente pacífica” que acudieron al hotel Embassy Suites by Hilton, en Silver Sun Gallery, donde el ex mandatario sería entrevistado. Sus adversarios tenían como objetivo enrostrarle sus errores durante las gestiones de gobierno que ha encabezado. Pretendían estos ciudadanos ejercer su derecho a deslucir el acto con pancartas y consignas en una actividad que ellos no organizaron y que implicaba un gran esfuerzo de sus gestores. Sin duda que los organizadores del boicot a Fernández olvidaron que viven en República Dominicana, don han sucedido varias guerras civiles, la más reciente la de abril del 1965. Ignoraron que en los tiempos de las utopías los mayores pleitos se daban en los liceos secundarios y en la UASD, unas veces en defensa de las ideas y otras veces en defensa de los espacios. En ocasiones los choques entre grupos estudiantiles o políticos resultaban tan sangrientos como los escenificados contra “las fuerzas del orden”. De modo que aquí eso de enfrentar a un grupo con otro grupo no es el mejor método de confrontar las diferencias. Además de aquello de que “yo tengo el mismo derecho a hacer lo que tú me haces”. Supongamos que el país se educa con “estos gestores de boicot al otro” y cada oponente crea su grupo de choque. Porque aquí, todo el que aspira a un puesto tiene en primera fila a un oponente. Naturalmente, los mismos “derechos” que tienen los opositores de Leonel a boicotearle sus actividades, lo tienen los opositores de Hipólito Mejía, o de Miguel Vargas, o de Guillermo Moreno a boicotear sus convocatorias. Calcule usted qué pasaría si cada vez que Hipólito llama a un mitin todo el que se opone a él fuera a boicotearlo. Y que lo mismo ocurra con Vargas y los otros. ¿A dónde llevaríamos a este país? Podríamos recurrir a mil citas orientadoras, como la de que “el respeto al derecho ajeno es la paz”, pero el mejor consejo a esta gente es el uso del sentido común para hacer sus protestas. Quizás aquellas expresiones publicadas por un medio de que un leonelista le comentó a un protestante que “esto aquí no es Nueva York, porque aquí lo picamos”, no es la forma más elegante de persuadir a quienes adversan a Fernández, pero deberían tomarlas en cuenta para el próximo boicot por su bien, el del país y el del sistema democrático. Lamentablemente, en estas situaciones, los periodistas son quienes llevan la peor parte.
Un método peligroso
Algunas personas han reaccionado “sorprendidas” por la forma que seguidores de Leonel Fernández trataron a “gente pacífica” que acudieron al hotel Embassy Suites by Hilton, en Silver Sun Gallery, donde el ex mandatario sería entrevistado.…