De seguro te ha pasado: vas con el plan de controlar porciones y disfrutar con mesura las fiestas de fin de año, pero terminas agregando a tu lista de resoluciones el rebajar las libras de más que te provocó el tanto “compartir”.
¿Por qué sucede esto? De acuerdo a la antropóloga Virginia Roca, se debe principalmente a la multiplicidad de las fiestas, ya que siempre está la fiesta con la familia, los amigos, el novio o la novia, el amigo de un amigo… y al final acudimos a más de cinco eventos en los que abusamos de la comida y la bebida.
Otra razón es la temporada: el invierno. Roca nos explica que en este período debe haber una ingesta mayor de calorías para poder sostenerse a causa del frío. Esto ocurre principalmente en los países donde las temporadas están fuertemente marcadas por cambios de clima. A pesar de que en el nuestro no se sienta el invierno de la misma forma que en Estados Unidos o Europa, la globalización se encarga de unificar las tradiciones y costumbres. De ahí que celebremos la Navidad en torno a un árbol de pino, decoremos con luces y festejemos a un personaje vestido de rojo que trae regalos. Lo mismo sucede con la alimentación: lo que usualmente ingerimos en estas fechas se caracteriza por ser alimentos para reservar energía calórica en el cuerpo. No obstante, sin el clima que caracteriza a los países fríos, estas comidas terminan convirtiéndose en libras de más que intentamos eliminar desde que llega el año nuevo.
El alcohol, nos relata la antropóloga, tiene el mismo efecto. Las bebidas siempre acompañan a las comidas y, en un período de múltiples fiestas y de muchas reuniones en la mesa, es casi inevitable excederse en las copas.
Otro aspecto a destacar es el tan esperado sueldo número 13. La especialista explica que este pago tiene un efecto de liberación y de necesidad de adquirir en las personas, que los lleva al deseo de celebrar, y por lo general los conduce a excederse. “Cada quien tiene su límite y sabe hasta dónde puede llegar, pero hay personas que, aún conociendo límites no tienen la voluntad para decir ‘bueno, hasta aquí, no bebo más’ o ‘Ya hoy bebí, mañana no lo haré’”.
Entonces, ¿cuál es la clave para disfrutar de estas fiestas sin los remordimientos del día siguiente? Roca considera que se encuentra en la educación y concienciación: es posible mantener la tradición de la celebración alrededor de la mesa siempre y cuando el menú sea más saludable.
“Tomar conciencia de que pueden celebrar sin necesidad de que el exceso luego les reporte enfermedades”, explica Roca. “El amor, la generosidad, el sentido de fiesta, de celebrar la Navidad como nacimiento de Cristo se puede hacer sin esos excesos, de una manera muy agradable para todos”, concluye.
«El amor, la generosidad, el sentido de fiesta, de celebrar la Navidad como nacimiento de Cristo se puede hacer sin esos excesos».
propuestas que te ayudarán a superar estas fiestas
Controla las porciones. Ya hemos escuchado esta frase un sin número de veces, y en estas fechas es imposible no repetirla. Moderar la cantidad de alimentos que ingerimos nos ayudará a mantener un peso saludable.
Bebe cuando sea necesario. Momentos como el brindis son ideales para disfrutar de una copa, pero trata de no “brindar” demasiado, ya que sólo con las bebidas alcohólicas puedes sumar hasta 1000 Kcal durante la Navidad.
Una cena más saludable. Si eres la anfitriona de la fiesta o participas en la elaboración del menú, escoge opciones con menos calorías. Se puede tener una serie de carnes, arroces y ensaladas que son tradicionales pero disminuyendo la cantidad de grasa y de calorías a tener; las personas van a disfrutar de igual manera.
No te olvides del ejercicio. Contrario a lo que muchos piensan, que sea fin de año no quiere decir que dejes de visitar el gimnasio. Purifica tu cuerpo de los alimentos y bebidas de la fiesta pasada para que estés listo para la siguiente.
Cuida tu bolsillo. La regalía pascual no tiene que despilfarrarse al terminar el año. En esta época navideña deja salir tu creatividad a la hora de decorar tu hogar y elaborar regalos, así ahorrarás dinero. Recuerda que un obsequio que salió del corazón, y no de la tienda, tendrá más valor para tus seres queridos.
