Extraordinaria, oportuna y solidaria

El pasado viernes 30 de enero, el Gobierno dominicano anunció al país la exitosa culminación de un dilatado proceso de negociación que dio como resultado la cancelación del 98% de la deuda pública que tenía la República Dominicana con la empresa&#

El pasado viernes 30 de enero, el Gobierno dominicano anunció al país la exitosa culminación de un dilatado proceso de negociación que dio como resultado la cancelación del 98% de la deuda pública que tenía la República Dominicana con la empresa Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA), acumulada por el uso de las facilidades crediticias de Petrocaribe durante el período 2005-2014.

Desde finales del 2013, el Gobierno, a través del Ministerio de Hacienda, había iniciado las gestiones para explorar la posibilidad de la cancelación, con un descuento significativo, de la deuda con PDVSA. Las conversaciones debían realizarse con suficiente discreción para evitar que la filtración de informaciones pudiesen provocar variaciones en los rendimientos de los bonos soberanos del país y los de PDVSA en el mercado secundario, perjudiciales a los fines de la transacción.

La Ley 151-14 del 9 de abril del 2014 de Bonos Internacionales 2014, en su Artículo 16, consignó la autorización del Congreso Nacional al Poder Ejecutivo para realizar este tipo de operaciones: “Artículo 16.- Se autoriza al Poder Ejecutivo, a través del Ministerio de Hacienda, a realizar operaciones de manejo, administración y/o gestión de pasivos durante el 2014, por hasta el Diez por Ciento (10%) de la deuda del sector público no financiero, que tengan como objetivo reducir el monto y/o servicio de la deuda externa e interna del sector público no financiero, a través de emisiones de títulos de deuda para canjear o recomprar pasivos de deuda del sector público no financiero. Los títulos de deuda a ser emitidos, en dólares de Estados Unidos de América y/o en pesos dominicanos, se harán al plazo más conveniente al perfil de vencimiento de la deuda del sector público no financiero. En ningún caso esas operaciones podrán conllevar un aumento en el nivel de la deuda del sector público no financiero”.

El 10% de la deuda del sector público no financiero a final del 2014 ascendió a US$23,796.9 millones. La Ley 151-14, por tanto, autorizaba al Poder Ejecutivo a emitir hasta US$2,379.7 millones en bonos para canjear o recomprar deudas del sector público. El Gobierno dominicano ha informado que sólo se necesitaron US$1,933.1 millones (por debajo del tope de US$2,379.7 millones), de los ingresos generados por la colocación de US$2,500 millones en bonos soberanos emitidos el pasado 20 de enero, para cancelar US$4,027.3 millones de la deuda con PDVSA, reflejando que los gobiernos de ambos países acordaron realizar la transacción con un descuento de 52% en el valor de la deuda conciliada. Esta operación ha reducido la deuda del sector público no financiero en US$2,094.2 millones, equivalente a un 3.3% del PIB.

Algunos analistas, economistas y líderes políticos han externado preocupación por el hecho de la cancelación de una deuda con tasa de interés subsidiada del 1% con dinero obtenido a través de la colocación de bonos con una tasa promedio ponderada de 6.15%. Lo primero que deberían ponderar es que el 1% se cobraba sobre una deuda de US$4,027.3 millones mientras que el 6.15% se cobra sobre una deuda 52% más baja (US$1,933.1 millones). Cuando se analiza el servicio de la deuda que enfrentaba República Dominicana con PDVSA durante el período 2015-2039, se tiene el total a pagar (amortizaciones más intereses) ascendería a US$4,507.8 millones. En el caso de los bonos soberanos por US$1,933.1 millones con una tasa de 6.15%, el servicio de la deuda durante el período 2015-2045 ascendería a US$4,400.7 millones. La operación realizada por el Gobierno dominicano, generaría un ahorro de US$107.1 millones en el servicio de la deuda pública del país.

Ese es el análisis a valor corriente que uno esperaría que hiciese un niño de primaria que desconociese el concepto del costo del dinero y la necesidad de descontar los flujos del servicio de la deuda por la tasa a la cual el país puede endeudarse en el mercado global de capitales. Los analistas, economistas y líderes políticos en estos tiempos modernos, saben que el análisis correcto debe hacerse sobre la base del valor presente descontado a la tasa a que se endeuda República Dominicana, en este caso particular, de 6.15%. Cuando esto se hace, el servicio de la deuda que enfrentaba República Dominicana con PDVSA durante el período 2015-2039 ascendía a US$2,495.8 millones mientras que el servicio en el caso de los bonos, al ser descontado a la misma tasa a la que fueron emitidos, es de US$1,933.1 millones. El ahorro en valor presente del servicio de la deuda obtenido con esta exitosa operación de manejo de pasivos externos asciende a US$562.7 millones.

Alguien podría decir que República Dominicana debió a aspirar a un descuento mayor al 52% acordado por ambos gobiernos. Podrían argumentar que si PDVSA fuese hoy día al mercado global de capitales, dados los elevados rendimientos que exhiben los bonos del PDVSA en el mercado secundario como consecuencia de la gravísima crisis que atraviesa la economía venezolana, tendría que pagar una tasa de interés de 20% o más. Que reconociendo esa situación, República Dominicana debió ser más agresiva y aspirar a un descuento cercano al 70%.
Adoptar esa actitud con el país que más apoyo le ha dado a las finanzas de la República Dominicana en los últimos diez años, en un momento en que el pueblo venezolano está padeciendo una situación de precariedad y escasez sin precedentes, nos proyectaría como un país malagradecido. Uno de los errores más grandes que podría cometer un gobernante es entender que la solidaridad es un camino de una vía. Los estadistas siempre han tenido muy claro que es un camino de dos vías. Ahora correspondió a la República Dominicana solidarizarse con el pueblo venezolano, permitiéndole recibir US$1,933.1 millones, suma equivalente a US$4,027.3 millones de bonos de PDVSA colocados al 9.52% y no al 20% o más que demandarían en estos momentos los potenciales compradores de bonos de PDVSA en el mercado global de capitales. Es por eso que el Gobierno dominicano ha dicho que con esta transacción los dos países se beneficiaron.

Esta solidaridad que ha exhibido el Gobierno dominicano con Venezuela hoy día quizás no sea lo suficientemente bien valorada por aquellos que no tienen visión de futuro. Es cierto que al precio de US$48 el barril de petróleo, el valor de Petrocaribe no es tan importante. Pero si por alguna razón los precios del petróleo se disparan en el futuro, y volvemos la mirada en busca de solidaridad hacia Venezuela, entonces esos que hoy no tienen visión de futuro comprenderán el porqué el presidente Danilo Medina consideró que la transacción debía ser estructurada para beneficiar no sólo a República Dominicana sino también a Venezuela. El pueblo venezolano hoy necesita de la solidaridad de los países beneficiarios de Petrocaribe. República Dominicana, bajo la dirección del presidente Danilo Medina, ha sido el primero en responder con esta extraordinaria, oportuna y solidaria operación. 

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