El Narcotráfico en República Dominicana, de Esteban Rosario

Un compendio sombrío de lo que diariamente vemos en los medios de comunicación impresos y electrónicos es lo que recoge en su libro El Narcotráfico en la República Dominicana, el veterano periodista Esteban Rosario, quien como en publicaciones…

Un compendio sombrío de lo que diariamente vemos en los medios de comunicación impresos y electrónicos es lo que recoge en su libro El Narcotráfico en la República Dominicana, el veterano periodista Esteban Rosario, quien como en publicaciones anteriores pone en relieve aspectos nocivos de nuestro conglomerado social que muy pocos quieren tratar, pese a que nos afectan a todos de manera letal.

Rosario describe cómo con el narcotráfico en gran escala viene el lavado de activos, el microtráfico barrial y el sicariato, con incidencia en instituciones financieras, militares, policiales, políticas y religiosas. Insiste en que ese negocio ilegal “es un poder paralelo, tiene su propia lógica, influye en gobernantes y gobernados. El narcotráfico es un poder transnacional”.

Lo que plantea el comunicador, nacido en Santiago de los Caballeros en 1953, podría parecernos apocalíptico al concluir la lectura de sus casi cuatrocientas páginas. Lo que dice del narcotráfico y el sicariato en la política es espeluznante.

Pero todavía no hemos soltado el libro, cuando leemos en los periódicos, escuchamos en la radio, vemos en la televisión y la internet que un regidor de Pedro Brand, de nombre Erinson de los Santos Solís, alias Ney, dirige una banda de sicarios que las autoridades responsabilizan de matar varios transportistas.

La cotidianidad criminosa que vive República Dominicana es la misma que está presente, pero con amplios detalles sobre sus orígenes y dinámicas, en el libro de Rosario. Comenta el caso de su compueblano, el abogado y comunicador Jordi Veras, hijo del jurista Ramón Antonio Veras, víctima de un atentado en Santiago, lo que conmovió a toda la colectividad nacional hasta despertar a quienes permanecían dormidos ante la criminalidad existente. “Veras recibió dos balazos en la cabeza el año pasado por sicarios contratados por el esposo encarcelado de una ex clienta”, recuerda. Un cuatro por ciento del PIB, como en Educación, le vendría bien a la seguridad ciudadana.

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