Enfermedades abaten a maestros antes de tiempo

Ana Castillo (nombre ficticio) madruga de lunes a viernes para dirigirse a un colegio privado en el Ensanche La Fe, en el Distrito Nacional, donde se desempeña como maestra de educación inicial.

Ana Castillo (nombre ficticio) madruga de lunes a viernes para dirigirse a un colegio privado en el Ensanche La Fe, en el Distrito Nacional, donde se desempeña como maestra de educación inicial.

Antes de salir de su casa, debe preparar el desayuno y la merienda de sus dos hijos y dejar lista la comida del mediodía, ya que no dispone de los recursos para pagar un servicio doméstico.

A la 1:00 de la tarde, tras haber agotado su primera jornada, corre presurosa hacia la parada del Metro con destino a una escuela pública en el sector de Villa Mella, en Santo Domingo Norte, donde le aguarda otro grupo de escolares.

A las 5:00 de la tarde toma el camino de vuelta a casa. Con los pies adoloridos y todavía abrumada con las voces de los niños retumbando en su cabeza, debe encarar los quehaceres del hogar, atender a sus hijos y asumir su rol de esposa.

La profesora, de 35 años, que prefiere no revelar su identidad, sostiene que hay días en los que no quiere ni levantarse de la cama. Un mar de preocupaciones e insatisfacciones le arropa. “A veces siento una fuerte taquicardia con tanta presión del trabajo, las constantes evaluaciones…Realmente es una vida demasiado ajetreada, demasiados sacrificios que no sé hasta dónde podré soportar”.

La salud mental y física se resiente
En este espejo se ven reflejados miles de docentes que tras una jornada extenuante, cuyos beneficios económicos no compensan las horas de estrés y ansiedad que lleva asociada la profesión de enseñar, unido a los problemas de orden personal, acaban padeciendo una serie de enfermedades vinculadas a la salud mental.

Así lo documenta el estudio “Enfermedades y fallecimientos de los docentes 2013”, realizado por el Instituto Nacional de Bienestar Magisterial (Inabima), que tras dos años de investigación reveló que los desórdenes mentales, seguidos de las enfermedades del aparato locomotor y del sistema cardiocirculatorio, constituyen las principales causas que llevan al 36.7% de los docentes a abandonar las aulas en el país.

Para la expresidenta de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) y secretaria general del gremio, María Teresa Cabrera, esta situación mueve a la preocupación, y no ha hecho más que agravarse tras la implementación de la jornada extendida, que ha incrementado la presión laboral sobre los maestros, quienes cargan con un mayor número de tareas, incluso algunas que no les son propias.

Puso como ejemplo, el caso de la Escuela María Montez I, en Barahona, donde todavía las autoridades del Ministerio de Educación no han nombrado personal de apoyo y los maestros se ven obligados a realizar, incluso, las labores de limpieza.

“Los niveles de estrés en los profesores y las profesoras han aumentado ya que las condiciones de trabajo son mucho más terribles, porque todo el tema de la propaganda de la jornada extendida ha implicado un incremento de las tareas y hace que no puedan tener un respiro en el espacio del mediodía, que se supone que como seres humanos, ellos deben tener la posibilidad de un espacio de descanso, de almorzar y descansar; pero no, el tiempo se les va organizando los muchachos en la fila, en recoger la comida, volver con ellos al aula, cuidarlos, porque no se pueden dejar solos, en fin…”

Dice que a esto se suma una mayor presión económica, debido al recorte de algunos beneficios marginales que, como el seguro médico, han sufrido un deterioro en los últimos años. “Eso se traduce en buscar más dinero para darle solución a ese problema. Cada vez que no te cubren una cirugía, un estudio…
Cada vez que te aumentan el copago, cuando te aumentan la cápita como pasó en noviembre que nos aumentaron el 100%, es decir, duplicaron el monto que pagamos por la cápita de los familiares”, se queja.

Síndrome de “Burnout”
El reputado psiquiatra, José Miguel Gómez, quien ha impartido charlas de prevención de salud mental a profesores de distintas regionales del país y con frecuencia recibe a docentes en su consultorio, destaca que tras las evaluaciones encontró una población importante de maestros que padece estrés agudo y crónico, producto del trabajo.

Es lo que se conoce como “Síndrome de Burnout” o de desgaste profesional, que a grandes rasgos consiste en la presencia de una respuesta prolongada de estrés en el organismo ante los factores estresantes emocionales e interpersonales que se presentan en el trabajo, que incluye fatiga crónica, ineficacia y negación de lo ocurrido. Gómez destaca, que también resaltaban la insatisfacción laboral debido a los bajos salarios y las condiciones de trabajo inadecuadas, “la mayoría trabaja sin aire, en aulas superpobladas de niños y niñas, con dos y tres tandas. Hay maestros que tienen dos tandas y también trabajan en un colegio, eso representa más estrés, más tensión”, afirma.

La depresión fue otro indicador de salud mental que salió a relucir, según el profesional de la conducta.

“Muchos padecían de depresión, llámese tristeza, desánimo, abatimiento, desesperanza, baja productividad, pobre desempeño laboral, baja autoestima, la falta de sentir que su profesión era su orgullo, sino que veían la profesión como un trabajo más para poder subsistir, pero no que veían el trabajo como su orgullo y lo que les gustaba y disfrutaban”.

También aparecen reflejados trastornos de insomnio, ansiedad generalizada, trastornos bipolares, ausentismo laboral, falta de creatividad e iniciativa en el trabajo y déficit cognitivo leve.

“En términos psicosociales nos preocupó, que muchas profesoras, en un porcentaje alto eran divorciadas, por tanto, hay un porcentaje alto de familias matrifocales, monoparentales y, lógicamente, tú sabes que una madre soltera con hijos, con tres tandas, con el problema social y económico de este país, tiene más estrés y por ende un mayor impacto en su salud física y emocional”, afirma Gómez, quien señala que en el caso de los hombres muchos refirieron el uso y abuso del alcohol.l

Maestros son vitales en la revolución educativa 

María Teresa Cabrera sostiene que no se puede hablar de revolución educativa, si no se atiende al factor humano que lleva sobre sus hombros la tarea educativa. “Los maestros y las maestras en el discurso oficial solamente son importantes a la hora de responsabilizarlos de los malos resultados de la educación.

Ahí todo el mundo entiende que son claves, pero cuando se están pensando las prioridades, cuando se están pensando las políticas que van a priorizarse, los maestros y las maestras están ausentes”. En ese sentido, pidió a las autoridades trazar políticas públicas para corregir el problema.“Hay un alto número de maestros y maestras saliendo del sistema por enfermedades vinculadas a la salud mental. 37 de cada 100. Eso es un escándalo en cualquier sociedad”, dijo.

Discapacidades
Los desórdenes mentales, seguidos de las enfermedades del aparato locomotor y de las enfermedades del sistema cardiocirculatorio”.

Carga laboral
La implementación de la tanda extendida ha supuesto un incremento de las labores y responsabilidades de los profesores”.

 

 

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