¿Por qué cambia el humor de los niños?

Los infantes, al igual que los adultos, pueden presentar cambios en su estado de ánimo provocados por diversos factores, tanto del entorno como emocional. Sin embargo, la forma de comunicarlo es diferente debido a la edad y el grado de madurez.…

Los infantes, al igual que los adultos, pueden presentar cambios en su estado de ánimo provocados por diversos factores, tanto del entorno como emocional.
Sin embargo, la forma de comunicarlo es diferente debido a la edad y el grado de madurez.

En el caso de los niños, cuando estos presentan un cambio de humor drástico y repentino, los padres primero deben detenerse a observarlos y encontrar la causa, en vez de arremeter con los castigos, los cuales, en muchos casos, llegan al maltrato físico.

También es importante conocer bien a sus hijos, ya que si suele ser tranquilo y amoroso, y pasa a ser tosco e hiperactivo, quizás es su forma de decir que algo le está afectando.

Otro punto a tomar en cuenta es la etapa de la infancia en la que se encuentra, ya que todo ser humano vive fase de desarrollo y de descubrimiento que de no ser supervisada y guiada con cuidado puede provocar un “choque” entre el infante y sus tutores.

Un momento en el desarrollo del niño o niña que puede alterar a los padres es cuando se encuentra entre los cinco a siete años de edad, época en la que están comenzando a ser más independientes y a poder discernir sobre qué cosas son mejores o no (según ellos, los niños), qué les gusta, e incluso, a imponerse con mayor ímpetu.

Durante esta faceta, de igual manera, debido al cambio, también es normal que presenten diversos y continuos berrinches, así como a tender a encerrarse y a ser pocos comunicativos. Y como son niños, también pueden tener sus momentos de euforia.

Es algo normal

Clarissa Guerrero, experta en terapia infanto-juvenil y miembro del Colegio Dominicano de Psicólogos, explica que este comportamiento es totalmente normal, ya que los niños, hasta los 6 ó 7 años pueden presentar cambios de humor repentinos en un mismo día, debido a que todo lo que adquieren de aprendizaje en un día les puede conmocionar.

“Estos se encuentran en un proceso de aprendizaje, de manejo de emociones constante. Sin embargo, hay que tener en cuenta que hay una frecuencia esperada para este hecho”, advierte la especialista de la conducta humana.

Dale seguimiento a los cambios

Según Guerrero, que un infante entre 5 a 7 años cambie de humor (de tristeza a felicidad o a enojo, etc.) una o dos veces al día, puede ser algo esperado. Sin embargo, asegura que es necesario tener en cuenta que no exista ningún factor socioemocional (viaje de los padres, mudanza, nacimiento de un hermanito, cambio de colegio, etc.) que pueda influir en dichos cambios.

“Si se excede de esta frecuencia y el niño constantemente está cambiando de humor es porque hay una desregulación en el sistema emocional que debe ser trabajada”, comenta Guerrero, quien dice que hay que tener “ojo visor” para descartar que en ese momento no exista ningún factor socioemocional que influya en las respuestas y cambios.

Para poder ayudar a tus hijos y entenderlos, es de suma importancia que se puedan poner en palabras sus emociones desde que nacen, y como adultos contenerles con la palabra ayudando a identificarlas.

“Por ejemplo, si un niño compra una paleta y se le cae, lo más probable es que exprese enojo o tristeza, dependiendo de su reacción (llorar o enfadarse) el adulto debe poner en palabras esta emoción “ estas triste/enojado porque querías mucho tu paleta y ahora sucia no te la puedes comer” y ayudarle a ver la solución luego de esto”, ejemplifica la doctora, quien asegura que los padres deben tener la capacidad de autorregularse para poder regular al niño.

En caso de niños que cambien de humor rápidamente es vital usar esta técnica de verbalizar las emociones, aconseja Guerrero. Pero, a su vez, poder detectar si se trata de rabietas, ya que estas deben ser ignoradas y decirle que solo se le prestará atención cuando esté preparado para hablar.

Los niños también padecen de estrés

Comportamiento regresivo, estar siempre apegados a los padres, temores injustificados, llantos incontrolables, excesos de berrinches o experimentar un acontecimiento traumático pueden causar estrés en el infante y, por ende, hacer que su humor y conducta presente cambios.

Para saber qué les ocurre, los expertos de la conducta sugieren que lo mejor es hablar con sus hijos y buscar ayuda de un especialista.

Al hablar con sus hijos hay que estar atentos a las respuestas. Por ejemplo, explica Guerrero, en el caso de que responda siempre con llanto es importante validar la emoción, pero al mismo tiempo llevar al niño a buscar soluciones para que pueda entender que esa es la manera adecuada de resolver los conflictos.

“Recalco que es necesario ser observadores y si se nota un exceso en el cambio de respuesta e intensidad de la misma, sin la existencia concomitante de un factor socioemocional influyente, sería útil evaluar a mayor profundidad para descartar cualquier desorden del estado de ánimo”, concluye Guerrero.

Consejo
Los padres deben emplear sus habilidades comunicativas en una etapa temprana en la vida del niño, usando las palabras que el niño sea capaz de comprender.

Comunicación
Mantener las líneas de comunicación abiertas entre padres e hijos es extremadamente importante para una buena relación entre ambos.

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