La terrible “crisis de los 30” por la que pasan las mujeres

Cuando somos jóvenes, tenemos prisa por crecer. ¡Por fin, 18! ¡Al fin, los 20! Tenemos la sensación de que el mundo está a nuestros pies, somos jóvenes y tenemos el tiempo y la fuerza suficientes para conseguir todo lo que nos propongamos. El…

Cuando somos jóvenes, tenemos prisa por crecer. ¡Por fin, 18! ¡Al fin, los 20! Tenemos la sensación de que el mundo está a nuestros pies, somos jóvenes y tenemos el tiempo y la fuerza suficientes para conseguir todo lo que nos propongamos. El viaje es largo y el horizonte aún está lejano.

Pero en algún momento, entre los 30 y los 35, algo cambia. Toda nuestra forma de percibir el mundo se desmorona. De pronto sentimos la presión de hacernos mayores, oímos el incesante latido del reloj biológico y tenemos la sensación de que el tiempo vuela. ¿Y qué ha sido de nuestros objetivos? ¿Hemos conseguido acercarnos a ellos?

Contrario a los años anteriores, las mujeres alrededor de los 30 sienten que deben tomar las más importantes decisiones de su vida. El tiempo de experimentar se ha acabado. Tanto laboral como personalmente hay que marcar el rumbo, hay que asumir la responsabilidad de la propia vida.

La libertad de elección ante las innumerables decisiones de la vida plantea preguntas existenciales: ¿Qué he conseguido hasta ahora y adónde quiero llegar? ¿Debería empezar con la planificación familiar? ¿Qué es más importante, una jubilación razonable o la autorrealización profesional?”.

Con 30 años se echa la vista atrás para hacer inventario de la vida. Y lo peor es que nos comparamos con personas contemporáneas. Que no es una buena idea. Como casi siempre se observa, nuestras amigas están embarazadas, mientras nosotras seguimos solteras. O tienen un gran éxito mientras, nosotras seguimos compartiendo un apartamento o somos becadas.

De acuerdo con Ramón Emilio Almánzar, sexólogo y terapeuta de pareja, en las mujeres , a diferencia de los hombres, esta crisis es provocada por situaciones diferentes y la reacción de cada cual es diferente. De la mujer se espera que se case, que no se quede soltera, que tenga sus hijos, que pueda formar una familia y, actualmente, que también tenga una profesión y un buen trabajo.

Todo esto produce malestar psicológico si la mujer no lo logra en el tiempo que se tenía previsto. “Es aquí donde empiezan a surgir irritación, pensamientos obsesivos, ansiedad, insomnio, conflictos frecuentes con otras personas, y en algunos casos, podría presentarse un estado depresivo”, comenta el experto.

Muchos  ven esta etapa de la vida de la mujer como darse poco valor o creer poco en sí misma. En este caso, Almánzar sostiene que es un conflicto personal entre el propio yo y los esquemas aprendidos. Dice que una persona que no se valora en su justa dimensión, es alguien que estará siempre satisfaciendo al mundo exterior y condenándose a una vida personal vacía.

“¿A esta edad la mujer puede cometer muchos errores. Puede dejar de crecer como persona, comenzar a exigir de manera irracional, podría desanimarse a tal punto que se inhabilita como ente productivo, entrar en una competencia urgente por buscar las cosas que se supone deben lograr, creando una situación que resulta agradable solo para las personas que la rodean”, comenta Almánzar.

Cómo enfrentar esta etapa
El especialista plantea que las mujeres  a  esta edad tienen que cuestionar las expectativas que tiene la sociedad sobre ellas, entendiendo que una cosa es lo que se espera y otra lo que ellas esperan de sí mismas. Cada cual tiene que tener claro cuál es su proyecto de vida personal, y trabajar en ese sentido, para llenarlo, no para llenar el proyecto social.

De igual modo, deben entender que se pueden plantear objetivos a lograr, pero que hay muchas variables que no se pueden controlar, ya que en el camino pueden presentarse muchas situaciones.

Dice que la mujer debe ubicarse en su contexto personal, buscar un equilibrio entre las metas personales y las metas sociales y estar atentas a cualquier reacción emocional fuera de lugar, para que se puedan tomar las medidas correspondientes. En este sentido, es bueno que las mujeres tengan una conversación honesta consigo mismas para que se reenfoquen en lo que realmente desean hacer con su vida, no por un legado o presión social, sino por decisión personal. l

Saber
De acuerdo con un estudio realizado por Oliver Robinson, de la Universidad de Greenwich (Londres), el estrés en el trabajo, las relaciones de pareja y de amistad; así como las expectativas (no cumplidas) son los principales factores que desencadenan la llamada crisis de los 30, un estado emocional que afecta, principalmente, a  hombres y mujeres con educación superior con un concepto idealista de cómo debería ser su vida al momento de llegar a dicha edad.

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