Bob Satawake :“Nuestra relación con Dios es personal y no está sujeta a la interpretación de otros”

Bob J. Satawake se ha liberado de los dogmas eclesiásticos. Su relación personal con Dios transciende las paredes y los credos de las iglesias. Su Dios es un Dios de amor, no de castigos. Su realización espiritual y su casamiento legal con James…

Bob J. Satawake se ha liberado de los dogmas eclesiásticos. Su relación personal con Dios transciende las paredes y los credos de las iglesias. Su Dios es un Dios de amor, no de castigos. Su realización espiritual y su casamiento legal con James W. (Wally) Brewster, embajador de los Estados Unidos en nuestro país, su compañero solidario de más de la mitad de su vida, están entre los eventos más importantes de su existencia, una existencia que se expande más allá de los afectos personales. Es de los que no anda preguntando lo qué el mundo puede hacer por él, sino lo que puede hacer por el mundo. Nada lo motiva tanto como el participar en movimientos para mejorar la vida de los demás.

Sus intereses son variados y abarcan el deporte. Como jugador de tenis, logró poner los pies en las canchas de Wimbledon, y a este deporte le debe la disciplina de haber realizado muchos otros sueños de su vida.

Nacido en Seminole, y criado en Henryetta, Oklahoma, Estados Unidos, la educación le abrió los ojos a la posibilidad de otra vida. ¿Quién le habría dicho a este joven pueblerino que sería amigo de presidentes y de muchos notables, que contribuiría a derribar los muros de prejuicios y que tendría el valor de abrir la puerta de los armarios, de ser él mismo y defender su identidad y los derechos a existir en el mundo en un marco de igualdad? Bob Satawake comparte sus momentos memorables con el Caribe.

1. Infancia
“El día que entendí y me di cuenta que tenía una relación con Dios”.
Durante mi niñez, estuve rodeado de muchos parientes y todos vivíamos cerca. Muchos de mis familiares asistían a una variedad de iglesias, pero no diría que eran personas particularmente religiosas. Cuando joven, yo también asistía a diferentes iglesias, básicamente para fines sociales ya que vivía en un pueblo muy pequeño que carecía de otros recursos sociales. No recuerdo jamás haber sentido algo en particular, pero con el tiempo empecé a entender – debido a las experiencias vividas con las diversas creencias religiosas a las que fui expuesto – que había mucho más de Dios que las interpretaciones que había hecho el hombre de la Biblia. Empecé a enfocarme en la religión desde el punto de vista de la interpretación, y me torné más curioso al tratar de entender por qué había tantas interpretaciones y sistemas de valores en las diversas iglesias a las que asistía. En realidad creo que nunca entendí claramente estos diversos enfoques, pero finalmente desarrollé una fuerte creencia de que Dios se manifiesta de diferentes maneras en diferentes personas. Creo que Dios sí existe para mí, y recuerdo el día específico en que ocurrió esa divina intervención. Creo que nuestra relación con Dios es personal y no está sujeta a la interpretación de otros. Creo que Dios me ama, me acepta y me guía a través de mi existencia diaria. Le oro a Dios con frecuencia, no para cosas materiales o para bendiciones específicas, sino para su guía y perdón. No creo que Dios castigue a su pueblo, y no creo que nos ganemos su amor o sus bendiciones a través de un proceso dictado por la iglesia. Valoro y me siento extremadamente bendecido de poder tener una relación personal con Dios.

2. Matrimonio
Wally y yo nos casamos legalmente el 18 de noviembre de 2013, luego de haber pasado la mitad de nuestras vidas como pareja comprometida y solidaria. Cuando primero nos conocimos existían múltiples obstáculos por superar como persona LGBT, y el matrimonio no era algo que aparecía en el radar. Era una meta para la que la comunidad aún no estaba preparada. Pero, con el tiempo, mientras más y más personas LGBT pudieron alcanzar la meta de igualdad dentro de la sociedad, estos obstáculos se convirtieron en discriminaciones del pasado. Todavía resulta muy surrealista para mí que después de vivir toda mi vida adulta sin disfrutar de los derechos de igualdad que ofrece la ley, hoy la situación ha cambiado en un estado tras otro. Wally y yo no podíamos esperar hasta que nos pudiéramos casar, y así, el 18 de noviembre de 2013, nos casamos ante el Juez Federal David Tatel en Washington, D.C. Toda esa experiencia siempre quedará como uno de los eventos más importantes y más significativos de mi vida.

3. Carta de la universidad
No crecí en el seno de una familia adinerada, y mis padres no podían pagar para que yo fuera a la universidad. Con frecuencia se me recordaba de esta realidad cuando hablaba sobre la universidad con otros niños. Al mirar hacia atrás, entiendo que es muy probable que mi padre me estuviese protegiendo de sufrir una gran desilusión. Yo no era el tipo de persona que se desanimaba cuando tenía un deseo que quería lograr. El ser aceptado y asistir a la universidad fue más para mí un acto de rebelión contra los intentos de mi padre de desmotivarme de mi verdadero deseo de recibir una educación superior. Así que con ingenuidad procedí hacia delante, y el día que recibí la carta de aceptación a la universidad fue el día que me di cuenta de que sí había oportunidades para mí.

4. El Presidente Obama
Cuando creces en una comunidad pequeña en el centro de los Estados Unidos, la idea de viajar, o de algún día conocer a alguien famoso, parecía ser una experiencia difícil de alcanzar. He tenido múltiples oportunidades de conocer a líderes extraordinarios, desde maestros hasta personas humanitarias y celebridades, así como a líderes mundiales. Pero, conocer por vez primera al Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, siempre será un factor diferenciador en mi vida. Tengo una fotografía con él dándonos las manos, y francamente parezco una quinceañera dándole la mano por primera vez al mariscal de campo de un equipo profesional de fútbol americano. La verdad es que ya había conocido al Presidente Obama antes de ese día, pero en aquel momento él era el Senador Obama y no el Presidente.

5. Esfuerzos humanitarios
No existe nada en el mundo que me motive más que el estar involucrado en movimientos que pueden mejorar las vidas de los jóvenes a través de esfuerzos humanitarios. Alguien dijo una vez que nuestro legado en la vida no es lo que queremos para nosotros, sino las oportunidades que les podemos ofrecer a los que vienen detrás de nosotros. Yo realmente trato de vivir mi vida, y les exhorto a los demás a vivir sus vidas, teniendo este lema siempre presente.

6. Primera visita a Wimbledon
Empecé a jugar el tenis desde muy temprana edad. Como resultado de mi pasión por el juego no sólo practicaba el tenis, sino que también miraba los partidos en la televisión y leía la revista Tennis Magazine. Cada mes de julio, cuando se celebraba el torneo en Wimbledon, me plantaba largas horas delante del televisor durante la transmisión de los partidos. Soñaba y fantaseaba sobre un día poder estar ahí para verlo todo en persona. Conocí a Anne Smith, una de las mejores jugadoras de dobles de todos los tiempos, quien llegó a ocupar la posición número 11 en el ranking de sencillos. Como ex campeona de Wimbledon, Anne todavía jugaba en el circuito de Seniors en Wimbledon y, como sabía de mi sueño, me facilitó un pase de jugador al torneo. La experiencia realmente me conmovió.

7. Aprendiendo a jugar tenis
El tenis no es sólo un juego para mí. Fue, en realidad, una experiencia que me salvó la vida. Sin tener que entrar en grandes detalles, el tenis me dio la capacidad de lograr muchas cosas increíbles en mi vida gracias a la dedicación, el compromiso, el deseo, la determinación, la competencia conmigo mismo, la perseverancia y la motivación. Logré alcanzar todos estos atributos gracias al juego del tenis y por siempre jugará un papel importante en todo lo que hago en mi vida.

8. Primer vehículo
Fue un Camaro Berlinetta azul oscuro, del año 80. Tenía una consola y un radio AM/FM, y casetera. Me sentía tan orgulloso, no tanto por el carro, sino por el hecho de que trabajé y ahorré y pude comprar el carro yo solo. Al final del día me di cuenta de que era un carro y nada más, pero la experiencia se convirtió en uno de los momentos de mayor orgullo de mi vida.

9. Primera celebridad
Fue durante un vuelo entre Denver y Nashville. Yo había crecido en un pequeño pueblo rural donde se escuchaba, de manera predominante, la música country. Tammy Wynette era muy glamorosa y una verdadera estrella country. Entonces, ahí estaba yo entrando al avión y ¡ahí estaba la señorita Tammy Wynette! Tuve que esforzarme para acercarme a ella, y como sabía que nunca podría articular palabras sin hacer el ridículo, le escribí una nota y le pregunté si no se ofendería si nos tomábamos una foto juntos. Leyó la nota con curiosidad y luego, con una gran sonrisa, me miró y me dijo: “Mi querido, me encantaría. Sólo déjame ponerme los labios”. En el sur eso significa retocarse el maquillaje. Ese día me di cuenta que las personas famosas son personas normales, y que en realidad tienen sus responsabilidades y que trabajan.

10. La juramentación de Wally
Ciento setenta y cinco personas de todos los Estados Unidos, Europa y la República Dominicana viajaron a Washington, D.C., para estar con nosotros en ese día tan especial. No hay palabras para expresar correctamente mis pensamientos sobre cómo este evento impactó mi vida. Pero, el 22 de noviembre de 2013 será recordado como una de las experiencias más increíbles. Nuestra familia estuvo ahí y amistades de todos los ámbitos de nuestras vidas.
En el Salón de Tratados Indígenas, en la Casa Blanca, con una Biblia de 104 años en mis manos, mientras nuestro buen amigo, el Vicepresidente Joe Biden, juramentó a Wally en el cargo. No puedo expresar cómo me sentí ese día, solo para decir que Dios nos ofrece increíbles oportunidades en la vida, pero debemos estar abiertos ante estas oportunidades.

Hunter, Miner, Clinton y Carter

Después de vivir juntos durante dos años, Wally y yo decidimos asumir el gran compromiso y comprar nuestra primera casa.  Todavía tenemos esa casa, y creo que siempre la tendremos.  Para mí eso fue lo más grande que había hecho como niño grande, y creo que fue el momento cuando me convertí en un adulto. Luego de comprar nuestra primera casa, Wally y yo decidimos que queríamos un perro.  Pero, como es típico con nosotros, no hicimos lo sencillo, sino que adquirimos dos perros.  Eran dos cachorros Pastor Alemán blancos.
 Desgraciadamente uno de ellos murió poco tiempo después, pero de inmediato conseguimos otro cachorro.  Esta vez fue un Labrador negro.  Sus nombres eran Hunter y Miner, y vivieron 14 y 16 años.  Tomaría escribir una novela para describir la felicidad y amor que ellos trajeron a nuestras vidas, ofreciéndonos cuidado y estabilidad; compañía, calidez y protección, provocando en nosotros todas las emociones humanas posibles y compartir todos los días con nosotros.

Fueron verdaderos regalos de Dios.  Hoy, vivimos con Clinton y Carter.  Tienen casi dos años y son Terrier inglés blancos, hermanos de la misma camada. Las mascotas nos ofrecen tantas bendiciones, y nunca piden nada a cambio.  Te quieren de manera incondicional, nunca se molestan con uno, siempre se ponen felices cuando te ven, aún te hayas ido por cinco minutos o cinco días.  Tal vez nunca entendamos lo que nos enseñan, pero es maravilloso compartir con ellos el diario vivir.

Apertura
“Todavía resulta muy surrealista para mí, que después de vivir toda mi vida adulta sin disfrutar de los derechos de igualdad que ofrece la ley, hoy la situación ha cambiado en un estado tras otro”.

Tenis
Como resultado de mi pasión por el tenis no sólo lo practicaba, sino que miraba los partidos en la televisión y leía la revista Tennis Magazine”.

Compromiso
No existe nada en el mundo que me motive más que el estar involucrado en movimientos que pueden mejorar las vidas de los jóvenes”.

Un gran día
El día que recibí la carta de aceptación a la universidad fue el día que me di cuenta que sí había oportunidades para mí”.

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